martes, 14 de agosto de 2012

Escribe: Ángel Reyes García, en exclusiva para El Blog de Topo

Todavía no puedo dejar la costumbre de tener que levantarme a tempranas horas de la madrugada tan solo para ver a una gran cantidad de atletas, algunos con vestimentas inusuales, enfrentándose entre sí en diferentes escenarios solamente para ganar una medalla y subirse al podio.


Aunque sinceramente, si se trata de tener una medalla, hay muchos lugares en los que puedo comprar medallas de todos los colores y todos los tamaños, para todos los gustos; sobre todo en un país como Perú, en el que incluso muchos pueden hacer réplicas exactas de la medalla olímpica.


En resumen, no creo que ganar medallas en diversas competiciones sea necesariamente lo que motive a un deportista a realizar un arduo sacrificio para llegar a una olimpiada y pelear a muerte hasta la última gota de sudor para alcanzar la gloria.
Ganar medallas es solamente un símbolo que expresa la alegría de un deportista al subirse a un podio y ver que su nación está a sus pies, simplemente se siente la persona más importante del mundo por unos minutos. No hay nada como representar a tu país, cantar el himno nacional, ser el ídolo de muchos niños que tratan de copiar ejemplos y anécdotas de un deportista que ha alcanzado el clímax en su carrera.


Es así como se perciben las emociones de los Juegos Olímpicos desde un deportista; ahora pasaremos al otro extremo: el público. Comprando entradas para ver los deportes que sean más atractivos de acuerdo al gusto o simplemente viéndolo por la televisión, todos hemos podido vivir una experiencia única.
Es única sobre todo para las personas que a través de estos juegos se han ido acercando progresivamente al deporte, también para otras que se limitaban a ver deportes populares como el fútbol, el vóley, el básquet o el tenis.


Cada vez que se prende la antorcha olímpica para calentar la acción de los juegos, muchos deportes desconocidos para algunos se dan a conocer a través del talento de sus deportistas. Muchas disciplinas como judo, esgrima, bádminton, wáter polo y muchos más… A lo que quiero llegar es que todos se benefician con las olimpiadas, ya sea viéndolas o participando de ellas.


Para concluir, quisiera resaltar el lado que menos me convenció: Si bien es cierto, EE.UU. y China son consideradas como las dos potencias mundiales, me parece aburrido que en las últimas sedes de los Juegos Olímpicos hayan sido dichos países los que se hayan consagrado con mayores podios.
Eso demuestra lo disparejo que está el mundo, de verdad me preocupa demasiado que la delegación peruana no haya traído una sola medalla en su regreso. De Pekín a Londres pasaron cuatro años y no hubo ningún cambio en la estructura del deporte peruano, las potencias siguen siendo las mismas y no tenemos la oportunidad de gozar los talentos escondidos de muchos deportistas peruanos que no reciben apoyo.
Realmente, todos los peruanos tendrían una sonrisa en el rostro si en estos cuatro años todos los peruanos asumimos el compromiso de dejar nuestras diferencias y unirnos para sentirnos como un país importante en el planeta.

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