miércoles, 25 de junio de 2014

Adaptado y resumido del Ensayo Final para Teoría General de Lenguaje en la Pontificia Universidad Católica del Perú / Investigación: Ronny Gamboa, Fernando Eslava, Tessy Palacios y Graciela Barreda Bryce.

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El último censo registró que en el Perú viven más de 3 millones 360 mil quechuahablantes, los cuales representan alrededor del 13% de la población nacional. El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) estima que son alrededor de medio millón de habitantes lo que hablan dicha lengua en Lima. Sin embargo, existe un desprecio hacia el quechua por considerarla improductiva, defectuosa, inferior, relacionarla con el subdesarrollo. Esto nos dirige a la idea existente de que debe ser progresivamente eliminada o, simplemente, ignorada.

Las brechas sociales que han dividido al Perú por siglos evidencian un rechazo y desinterés por una lengua que es hablada, generalmente, por un sector de la población que es excluido de las políticas del Estado, que se les considera menos e incultos, en relación con la cultura hegemónica que representa quienes hablan castellano. Debido a que ´´la existencia de una variedad estándar nos muestra que hay un sector en la población, una élite letrada que impone una manera de hablar como la correcta, la superior, la más normal y relega las otras variedades como incorrectas, cuando en realidad se trata de decir, simplemente, que son diferentes´´ (Pérez, 2004:65). Esta limitada realidad, sumada a las escazas oportunidades que brinda el manejo quechua y la poca difusión que ha tenido, la han convertido en víctima del olvido y el rechazo por la mayoría de limeños.

Según una encuesta que aplicamos a 20 jóvenes entre los 15 y 29 años comprendemos que les dan mayor atención a lenguas extranjeras por ser sinónimo de progreso, relaciones internacionales y uso eficiente en el medio académico y comercial. Uno de nuestros entrevistados, al ser cuestionado sobre las lenguas que conoce que se hablan en el Perú, respondió, luego del castellano, que ´´se habla inglés en Lima´´, por delante del Quechua y el Aimara a quienes se refirió con tono despectivo, catalogándolas como ´´esas lenguas andinas´´.

Asimismo, hemos podido comprobar que el 64% de los encuestados considera que son los pobladores que hablan quechua quienes deben aprender el castellano para poder acceder a los servicios básicos que otorga el Estado y ejercer, así, plenamente sus derechos. A penas un 36% dijo estar de acuerdo con que es el Estado quien debe adaptarse a la lengua del ciudadano. Nuestro entrevistado Fabrizio Paié aseveró que ´´deben hablar castellano porque es el idioma del país´´, evidenciando su desinformación acerca de que el quechua también es un idioma oficial del Perú. Diferente opinó Jorge Duárez, maestro en Ciencias Sociales, quien precisó que ´´es un derecho del ciudadano expresarse en su lengua´´.

Entre tanto, no podemos dejar de mencionar que en nuestra fragmentada realidad existe un mayor prestigio social para quien habla castellano frente un quechuahablante. En la encuesta se comprueba, también, los numerosos prejuicios que existe para quienes hablan esta lengua. Se les considera como personas sin educación, que ´´hablan mal´´ o que ´´no saben hablar´´. El quechuahablante, al tener menor prestigio social, es más vulnerable a la discriminación o a acceder a menos oportunidades. La mayoría de encuestados dijo que le parecía ´´incorrecta´´ la pronunciación del castellano de los hablantes andinos: uno de los entrevistados manifestó que ´´no saben hablar castellano´´ y otro que ´´le parece gracioso su forma de hablar´´. Este criterio, además, se vincula a la valoración negativa que se le otorga al quechua, ya que las diferencias que tiene un quechuahablante que también habla castellano con un poblador limeño que solo maneja esta última lengua, por ejemplo, se deben a que existen fonemas en el castellano que no son considerados en el quechua, y viceversa. Conocemos el término “motoso” para señalar el modo de hablar de ciertas personas que experimentan estas particularidades, lo cual es una manifestación de discriminación lingüística: se separa o se determina como diferente por comprender entre sus causas a un idioma relacionado con pobreza y subdesarrollo.

En la parte final de la encuesta, es curioso que el solo el 10% de los encuestados admitió haber discriminado a alguna persona por hablar diferente el castellano a como la tradición limeña nos lo ha impuesto; por otro lado, dijeron que ´´hacen notar cuando una lengua está mal hablada´´. Otro entrevistado afirmó que ´´no discrimina tanto, porque no mucha gente habla quechua´´ lo cual es preocupante si queremos construir un país integrado donde haya una conciencia y respeto por diversidad cultural y la coexistencia de distintas lenguas y tradiciones. El mismo joven, estudiante de ingeniería industrial, señaló que ´´ese tipo de castellano extraño´´ lo escucha hablar a ambulantes o a personas que ´´suben a pedir limosna´´ lo cual verifica que en el Perú se asocia a los quechuahablantes con personas de bajo nivel socio-económico y como parte de una cultura que no progresa. Es probable que por ello no se valore a esta lengua, que merece tanta atención como el castellano, aimara o demás lenguas aborígenes.

El quechua no es enseñado en la mayoría de las instituciones educativas, tanto públicas como privadas. Esto puede tener una grave consecuencia: el asesinato de la lengua oficial del Imperio Inca. Si ese fuese el caso, se perdería una gran parte de la historia del Perú, ya que la lengua oficial del Imperio protagonizó un papel importante siendo la principal hablada por nuestros antepasados y, además, empleada por ellos para transmitir información sobre los sucesos y las propias tradiciones.

Por otro lado, Estudios demuestran que hacia la mitad del siglo pasado, el número de quechuahablantes era menor y que, luego, se fue incrementando. Sin embargo, en la actualidad, este crecimiento se ha ido revirtiendo. Cada vez son menos las personas que hablan quechua, tanto en Lima como en provincias. Esto ocurre porque los padres quechuahablantes no les quieren transmitir este idioma a sus hijos. Ahora, la pregunta es ¿por qué lo harían? El quechua es una lengua desvalorizada, considerada como inferior y que, además, no se utiliza en el espacio público. Los quechuahablantes tienen que limitarse a utilizar su lengua materna dentro del hogar o contextos íntimos, pues en las calles, escuelas, negocios, etc. el idioma que se usa es el castellano, en cualquier parte de la ciudad. Es lógico entonces, que los padres prefieran que sus hijos hablen en castellano antes que en quechua. Y que aprendan inglés, además, porque este idioma si es uno que les puede “abrir puertas”. Ante esta situación, cabe asignarle el término de Suicidio Lingüístico, el cual consiste en auto-reprimir el desenvolvimiento de la lengua materna.

¿Por qué nunca vemos publicidad en quechua? Carteles, televisión, radio, internet, periódicos, revistas, etc. Tantos medios para comunicar, y todos en español. Ahora bien, muchos podrían preguntarse cuál es la necesidad de poner las cosas en quechua, si la mayoría de peruanos hablan el español, independientemente del quechua, es decir, que los quechuahablantes también hablan español. Y ¿por qué no? Esta lengua es parte de nuestro patrimonio cultural, en Lima vive más de medio millón de quechua hablantes, según el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI). Además, ¿qué ocurre con los que recién vienen a Lima y no conocen el español? Se ven obligados a aprenderlo a la fuerza. Hay casos en los que verdaderamente se necesita el empleo de ambos idiomas.

Otro ejemplo son nuestros aeropuertos. Es comprensible que los mensajes estén en español y en inglés, debido a la cantidad de turistas, pero ¿Por qué no están en quechua también? ¿Por qué si tienen consideración con quienes no hablan español, pero sí inglés, no tienen consideración también con quienes hablan quechua?

Es fundamental que el quechua sea utilizado en espacios públicos, pero no solo por necesidad, es decir, no sólo para aquellos que no conocen el español, sino porque una gran cantidad de peruanos lo habla y porque debe ser incluido en nuestra vida diaria. Además, si el quechua estuviera presente, las personas que no lo conocemos también podríamos familiarizarnos con él, esto facilitaría la comunicación con quechua hablantes, y no tendríamos que restringir su lengua materna, sino que podrían utilizarla libremente.

Nuestro país sería mucho más rico, culturalmente hablando, si todos pudiéramos aceptar ambos idiomas, y hablarlos por igual. No obstante, siendo realistas, estamos muy lejos de concretar ese objetivo. Para esto, es necesario empezar por pequeñas cosas, pero significativas también. En el 2008 hubo un comercial de la marca Movistar, en quechua, y que además hablaba de un celular cuya configuración se encontraba en quechua y aymara. No ha habido otro en este idioma ¿Por qué? Esta iniciativa se debió haber aprovechado y expandido, hasta que ver un comercial en quechua ya no fuera algo inusual o digno de aplausos, sino algo usual. Por último, se podrían poner subtítulos en quechua a la televisión en español, o si se toma la iniciativa de que se hable en quechua, poner subtítulos en español.

Hubo también, otras propuestas, tales como la revista Noqanchis, (Nosotros).Una revista similar a la de “Ellos y Ellas”, pero en una versión cusqueña, y además era bilingüe, en quechua y asháninka; y otras actividades realizadas por el proyecto Perúsuyu. También tenemos a Movistar que desarrolló un celular con menú en Quechua y habilitó operadoras de atención al cliente que respondan a los clientes quechuahablantes.

Movistar

Este tipo de iniciativas deberían tomarse con más frecuencia y contagiarse, empezando por pequeños avisos en las calles, algunos comerciales, hasta que, como se mencionó anteriormente, se convierta en algo usual, y el quechua sea visto como una lengua de igual valor que el español.

El quechua, además de ser la segunda lengua más hablada en el Perú, es acreedora de un valor cultural extraordinario: al ser la lengua oficial del Imperio Incaico, alcanzó a predominar en casi toda Sudamérica y, debido a que la sociedad de la época era ágrafa- carente de escritura- fue el recurso principal que se empleó para transmitir la historia y las tradiciones a generaciones posteriores. Es decir, parte de la historia no solo del Perú, sino de América Latina que conocemos actualmente se ha podido conocer gracias a esta lengua. Por todo ello, es pertinente recalcar la responsabilidad del gobierno frente a estas situaciones.

En conclusión, después de todos estos argumentos, es posible señalar que el quechua está desvalorizado en nuestra ciudad, no es un dicho, mito ni posibilidad, es una realidad. Ya sea en las personas, medios de comunicación, instituciones públicas y privadas, etc. Y después de la investigación, podemos apreciar que, hasta ahora, poco se hace para revertir esta situación. Entonces, esta lengua no tendrá respaldo y seguirá siendo víctima de desvalorización o discriminación mientras que el gobierno o las instituciones autorizadas y encargadas no hagan nada al caso para cambiar a un buen beneficio la situación.

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