lunes, 9 de junio de 2014

Escribe: Fernando Eslava (@topopitt) ESTUDIANTE DE COMUNICACIÓN PARA EL DESARROLLO EN LA PUCP

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Cuando escuchaba por la radio el anuncio de Susana Villarán en el que daba a conocer a la ciudadanía su intención oficial de tentar un nuevo periodo al frente de la Municipalidad de Lima sentí que la burgomaestre pronunciaba una mentada de madre a todos los limeños. En reiteradas ocasiones, durante la campaña de revocatoria que afrontó, Villarán de la Puente negó rotundamente cualquier inclinación a postular a una segunda gestión edilicia; sin embargo, conforme se acercó el inicio de la campaña electoral, no dudó en cambiar de opinión y se zurró en sus propias palabras, demostrando el poco valor que tienen sus compromisos con la ciudad.

Honestidad en Lima

El pasado viernes Villarán anunció a sus aliados caviares en el Hotel Bolívar que se atrevía a ir a la reelección porque ´´de no presentarse no se garantizan las condiciones para seguir reformando Lima´´. Hay que aclararle a la señora que no es ningún ‘Mesías’ o ‘Salvador’ para ser el cordero sacrificado que se inmola por todos para quedarse en la municipalidad a ´´pedido del público´´. En su discurso, además, tuvo la conchudez de decir que ella representaba las reformas y la honestidad. Cuestiones que son sumamente debatibles si partimos de que Villarán quiere vanagloriarse por reformas inexistentes que son meras ilusiones. La reforma del transporte solo existe en los ojos de unos cuantos izquierdistas fracasados que insisten con un modelo de gestión obsoleto que no ha dado ningún resultado. La gestión de Fuerza Social está a punto de finalizar y no ha entregado grandes obras de infraestructura vial. Hasta ahora la reforma del transporte solo evidencia puentes caídos por falta de mantenimiento, Vía Parque Rímac inundado, túneles Santa Rosa paralizados por supuesta venganza política, eliminación del proyecto del Metropolitano en Vía de Evitamiento también quizá por revanchas políticas y una suerte de vigilantes de tránsito (dizque orientadores) cuya labor de fiscalizar los buses y combis contradice el supuesto espíritu de modernización de transporte que en cuatro años Susana Villarán no ha podido plasmar en la realidad.

Cuáles son esas reformas de las cuales habla Villarán si vivir en Lima hoy es peor que hace cuatro años. El desalojo de La Parada con heridos y muertos para ser trasladados al Mercado de Santa Anita que Castañeda dejó casi listo carga un costo social altísimo que Lima tuvo que pagar por el ´´atrevimiento´´ ineficiente de Susana Villarán. La delincuencia ha secuestrado la tranquilidad de los limeños, los ambulantes han tomado las calles con permisos otorgados por la presente administración municipal, las obras de ornato y remodelación de espacios públicos se han desacelerado considerablemente respecto a la gestión anterior. A pesar de ello, se dice que se invierte más dinero que en otros años pero lo anecdótico es que no hay resultados.

Por otro lado, qué habla Susana Villarán de honestidad si tiene decenas de denuncias en la Contraloría, si está vinculada con el Caso de corrupción de la Caja Metropolitana, si ha infringido las normas electorales en reiteradas ocasiones, si contrató a regidores revocados como funcionarios municipales traicionando la voluntad popular y contradiciendo sus palabras. Por qué debemos considerar honesta a una persona que niega ir a la reelección para que no la revoquen y luego que Lima la salva decide burlarse de la ciudad y no cumplir su promesa. Sencillamente nos preguntamos qué es honestidad para una alcaldesa que no expuso a tiempo los gastos de la campaña del No y que pasó de tener unos cuantos afiches artesanales en la elección municipal del 2010 a llenar la ciudad de ostentosos paneles publicitarios cuatro meses antes de las elecciones del 2014 y puede financiar los "consejos" del controvertido marketero brasilero Luis Favre.

Verdaderamente es un atrevimiento que una alcaldesa que a duras penas alcanza el 17% de aprobación y ha realizado una gestión paupérrima, carente de resultados concretos, postule a un segundo periodo con la frescura y aire mesiánico característico de la izquierda peruana que se jacta de practicar una democracia inmaculada. Dónde quedó la institucionalidad de los partidos políticos cuando Villarán emprendió la búsqueda de un partido como vientre de alquiler que le permita acoger su caprichosa candidatura. Tanto así que lanza su reelección sin tener un partido confirmado, aunque se vocea que iría por Dialogo Vecinal, partido que es acusado de vender el derecho a candidatear en su lista a quien esté dispuesto a desembolsar altas sumas de dinero. Siento como una patada en los testículos cuando Villarán asegura que trabaja en para una Lima para Todos. Una Lima donde ´´las mujeres de San Juan de Lurigancho van a lavar la ropa a La Molina´´ (según Susana), una Lima donde ´´los nuevos ricos son horrorosos´´ (según su aliada en la revocatoria Claudia Dammert), una Lima donde la alcaldesa Villarán abandona la remodelación de las Playas Venecia-Barlovento en Villa El Salvador. Una ciudad donde la palabra TODOS parece referirse solo a algunos. Hoy en tiempos donde la campaña electoral comienza a encenderse vale hacerse la siguiente pregunta: ¿por qué tenemos que creerle a Susana Villarán luego de cuatro años de postergaciones de progreso y desarrollo en Lima? La respuesta es sencilla: #SusanaNuncaMás

Frecuencia Latina

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