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viernes, 29 de marzo de 2019

Sigue en cartelera el documental ‘Contigo Perú’, que evoca la clasificatoria mundialista desde la óptica de los verdaderos protagonistas: los hinchas.

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Escribe: Jaro Adrianzén Rodríguez
Twitter: @jaro1096 

Durante el avant premiere de ‘Contigo Perú’, al director Eduardo Mendoza de Echave -terno gris, camisa blanca, corbata roja- te tocó sentarse un par de butacas detrás de Ricardo Gareca. No había cancha sino canchita. Pero el ‘profe’ mantenía el gesto analítico y serio de cuando ve a los suyos en el gramado. Mendoza estaba emocionado. No tanto por las imágenes que había visto decenas de veces -el trabajo de edición junto a Miguel González y Patricia Vioque incluyó jornadas de 18 horas- sino por la figura de espaldas del argentino. Similar a la que alcanzan a ver los hinchas que se acomodan en las butacas bajas de occidente, en el Estadio Nacional.

Entre la oscuridad de la sala y su posición, sin embargo, el cineasta no pudo captar las reacciones del profesor. 

Pero a las 8 a.m. del día siguiente lo llamó un representante de la Federación que mandó las felicitaciones de Gareca a todo el equipo de producción. A los locos que se organizaron para, cámara en mano, seguir a la selección en Rusia. 

El gesto fue sintomático. Al DT -que hoy más que nunca merece el apoyo de la gente- no le gustan los reflectores. Quizá por eso agradezca que casi no se le vea en el documental. Salvo un par de apariciones, en las que habla principalmente de la hinchada, Gareca casi no figura. Es un lujoso actor de reparto en esta historia. 

Porque los protagonistas son otros: los más de 50 mil que se trasladaron al otro lado del globo. Y también los que se quedaron y vibraron con la previa y el desarrollo de cada partido. Los de la costa, la sierra y la selva, como dice el tema del ‘Zambo’ Cavero que da pie al título de ‘Contigo Perú’. 

Desde el chiquillo chinchano que sueña con ser futbolista y admira a Paolo Guerrero, hasta el veterano chalaco cuyo hermano, durante el partido de Perú contra Bulgaria de México ‘70, apareció en los televisores de todo el mundo agitando la bandera bicolor. 

Esas son las historias que se cuentan. Las de “cómo mierda sufrimos el penal, cómo sufrió la comunidad que no tiene tele y que tuvo que escuchar desde la radio chiquita colgada en un árbol en medio de la selva”, agrega Mendoza, quien decidió no utilizar las imágenes de los partidos en Rusia y hacer el montaje alternando tomas de las reacciones de los hinchas en cada partido. No era necesario revivir el penal fallido ni las oportunidades perdidas. 

La logística en Rusia corrió a cargo de la productora Katia Salazar. Ella, Mendoza y un reducido equipo siguieron a un variopinto grupo de hinchas. Uno vendió su carro para viajar, y pidió que vendieran el otro para poder volver. Una pareja hizo hasta lo imposible para conseguir una habitación en uno de los hoteles donde se hospedó la selección, pero al final se conformaron con compartir ambiente con el equipo durante un almuerzo. Una aguerrida peruana, que dejó a su bebé a cargo de su esposo en el hotel, siguió al Flores por más de una ciudad para que le firmase la figura de su álbum. Y otros, los representantes de las tres barras oficiales de la selección, hicieron malabares para trasladar polos y banderas, y para organizar a la hinchada que más brilló en el campeonato del Mundo. 

‘Contigo Perú’ distribuye todo eso con la palabra de icónicos como Juan Carlos Oblitas y Jorge ‘Chupo’ Arriola. También con la de Flores y André Carrillo. Y con imágenes grabadas para siempre en el imaginario popular: el gol de Flores contra Ecuador en Quito, el tiro libre de Guerrero a David Ospina (¡la tocó!) y el gol de Jefferson Farfán contra Nueva Zelanda. Postales de un instante eternizadas para toda la vida. Memorias de nuestro regreso mundialista. Ese que convirtió en justos protagonistas a los incondicionales. Los que hoy, finalmente, se trasladan de la tribuna a la pantalla.

*Una versión sintetizada de este artículo fue publicada por el autor en la edición 2582 de la revista Caretas

lunes, 25 de marzo de 2019

El Blog de Topo estuvo presente en el partido Perú vs. Chile, cotejo válido por la primera fecha del Sudamericano Sub-17 que se desarrolla en el Estadio de San Marcos. El equipo peruano no pudo vencer a su similar de Chile y ambos se llevaron un punto a los vestuarios. El elenco nacional no tuvo profundidad en el juego. Los toques de balón para construir jugadas colectivas no tuvieron eficiencia, primando un juego horizontal y abusando de los toques hacia atrás. 

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Fotos: Ademir Silva 
Instagram: ademir_s12

El Blog de Topo estuvo presente en el partido Perú vs. Chile, cotejo válido por la primera fecha del Sudamericano Sub-17 que se desarrolla en el Estadio de San Marcos. El equipo peruano no pudo vencer a su similar de Chile y ambos se llevaron un punto a los vestuarios. El elenco nacional no tuvo profundidad en el juego. Los toques de balón para construir jugadas colectivas no tuvieron eficiencia, primando un juego horizontal y abusando de los toques hacia atrás. 

Durante el compromiso los dirigidos por Silvestri cometieron errores de concepto y erraron muchos pases. Sin embargo, vale destacar las individualidades de nuestros jugadores, quienes a pesar de la incesante presión mapocha lograron superar marcas de hasta tres jugadores. El combinado patrio mostró cierta solidez en la parte defensiva, destacando el trabajo del arquero nacional Massimo Sandi. Si bien los errores pueden ser propios de la edad, al ser un clasificatorio al Mundial, se espera mucho más de los chicos. Lo que nadie puede reprochar a esta versión de Perú es el ímpetu para pelear las pelotas dividas. El público fue testigo de las ganas, el amor propio y la vergüenza deportiva por intentar ganar el compromiso. 

El camino que le toca a Perú aún es accesible para tentar el pase al hexagonal final. Dependerá de ellos mismos. El entusiasmo de los miles de hinchas que llegaron a San Marcos debe ser una motivación para nuestra selección. Formadores de menores de los clubes nacionales y el mismo DT Carlos Silvestri esperan mucho de este equipo. El entrenador aseguró que aún ''no hemos visto la mejor versión de Perú''. Esperamos con ilusión que así sea. 


CONFERENCIA DE PRENSA

domingo, 24 de marzo de 2019

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Lima 1997
Ser adolescente en Lima en aquella época era terrible. Mi madre no quería darme permiso para ir a las fiestas porque tenía miedo que haya un apagón producto de un atentado terrorista o una centena de militares en la calle si al presidente japonés le daba la gana de sembrar el pánico en la población. Antes de salir a ensayar con la banda, mi madre me daba religiosamente las siguientes recomendaciones: no patees una bolsa porque puede tener una bomba, no recojas nada de la calle porque puede tener una granada, no te pares cerca a la ventana porque puede explotar y pídele dinero a tu padre porque yo no tengo. 

Aunque los terroristas ya habían reducido casi a la mínima expresión su actividad en la capital, mi madre aún continuaba preocupada de que yo sufra algún accidente por culpa de la violencia por la que atravesaba el país. Iván, Sebastián, Manolo y yo, Francisco, estudiábamos en el San Agustín y teníamos una banda de rock en el momento en el que este género musical vivía un gran bajón de popularidad debido a que se daba mayor espacio a las canciones de artistas internacionales. Aunque siempre quisimos componer nuestras propias canciones, nunca fue posible. Nos limitábamos a cantar covers de Los enanitos verdes y Hombres G en las actuaciones o kermés de otros colegios de Lima donde haya mujeres. Porque como recordarán en 1997 el San Agustín no tenía estudiantes mujeres en su nivel secundario. Las canciones que tocábamos no tenían pierde porque las chicas las coreaban y gritaban sensualmente ante nuestra presencia en el escenario. Sin duda las chibolas no pueden resistirse a la promoción de varones del San Agustín y más aún si éramos cantantes o rockeritos como nos decían nuestros compañeros de aula con cierto tono despectivo.

Iván iba en la guitarra, Sebastián en la batería, Manolo tocaba el bajo y yo era la voz principal del grupo. Nuestros ensayos eran en la cochera de la casa de Iván que vivía en el cruce de Rousseau con Javier Prado, precisamente al costado del moderno edificio de Bellsouth. Para ir a cada ensayo debía salir una hora antes de mi casa. A pesar que vivía en San Isidro el tráfico era terrible. La Vía expresa de Javier Prado no existía y pasar por esa avenida era caótico. En cada ensayo con los muchachos descubría cosas nuevas. Un día Sebastián llevó ron mezclado con Coca-Cola en una botella de gaseosa para que toquemos con mayor apasionamiento. En otra oportunidad llevó una plantita verde que olía feo envuelta en papel platina y una pipa. Sebastián dijo que todos los rockeros famosos la consumían y nosotros también deberíamos hacerlo si queríamos ser famosos. Era una idea estúpida. Lo único que me produjo fue hambre y una sensación rara de reírme en todo momento. Luego me puse pálido, mis ojos se irritaron y las pupilas se me dilataron. De pronto pensé que podía volar por el techo de la cochera. Mis amigos me preguntaron que me pasaba. Yo solo les contesté que estaba locazo antes que me desvanezca y me quede tendido en la cochera de Iván.

Nunca entendí la idea de Sebastián de buscar en el ron o en esa plantita verde que olía feo una motivación por el cual tocar. Él decía que como baterista tenía la responsabilidad de comportarse como un animal desenfrenado mismo barrista de tribuna popular para poder transmitir la adrenalina que ofrece el rock. Yo era el vocalista de la agrupación (grupo que nunca tuvo nombre) y sí tenía una motivación verdadera para cantar. No era el ron ni esa plantita verde que olía feo. Mi motivación era Mariana. Ella era una de las fanáticas del grupo. Vivía en Pablo Carriquiri frente al San Agustín. Cursaba cuarto de secundaria en el Sophianum y me enamoré de ella en la salida del San Agustín cuando iba a recoger a su hermano menor. Allí me contó que fue al concierto de los Enanitos Verdes que ofreció en la Playa el Silencio allá por 1995. Yo también fui a ese concierto. Conversamos largas horas. A partir de ese momento la invité a las presentaciones de la banda y nunca se perdía una tocada. Era mi inspiración. Una chica tímida que tenía por grupo favorito el mismo que yo. A diferencia de aquellas jovencitas que arrojaban sus prendas íntimas o lanzaban piropos como ‘cuerazo’ o ‘papacito’, ella era totalmente diferente. Quizá cansado de tanto acoso de la fanaticada colegial decidí buscar una enamorada de carácter tranquilo.

Reunidos en la cochera, Manolo anunció cual sería nuestra próxima presentación. Todos estábamos emocionados por saber dónde tocaríamos. Él había dicho que sería un evento grande. Luego de jugar con el suspenso, Manolo terminó con el misterio y dijo que nuestro colegio San Agustín nos había invitado a tocar en el aniversario 94 de la institución. Yo pensé que íbamos a tocar en la Feria del Hogar o que íbamos a salir en Campaneando, el programa de Gianmarco. Pero presentarnos en la fiesta del colegio no era una mala idea. Debía ser mi oportunidad de cantarle una canción a Mariana. Ya iba saliendo con ella un mes y mediante indirectas me daba a entender que le gustaría que le proponga ser su enamorada en un concierto, delante de una multitud. A Mariana y a mí nos encantaba ir al Daytona Park o salir a pasear a Miraflores. Comíamos en el Rosalino de la Calle de las Pizzas y terminábamos en el Parque Salazar tomando una Chiki de Concordia. En una de las últimas visitas nos dimos cuenta que comenzaba la construcción de un nuevo centro comercial frente al mar llamado Larcomar y que iba a acoger al primer Hard Rock del Perú. Quedamos en ir cuando lo inauguren.

Llegó el día de la actividad por el aniversario del San Agustín y habíamos preparado 4 canciones. Las dos primeras serían Devuélveme a mi chica y El ataque de las chicas cocodrilo de Hombres G y las dos siguientes serían El extraño de pelo largo y Yo te vi en un tren de Los Enanitos Verdes. La última canción iba a ser dedicada a Mariana. Era la oportunidad de mi vida para proponerle ser mi enamorada delante de todos mis compañeros de colegio. Todo estaba planeado. Luego que acepte entablar una relación conmigo le iba a entregar un anillo y la llevaría a comer a nuestra pizzería de siempre, El Rosalino de la Calle de las Pizzas en Miraflores. Mis padres no sabían que iba a declararme a Mariana, pero estaban contentos que toque en el aniversario del San Agustín así que decidieron ir a verme y regalarme un celular de Tele 2000 que era la novedad de aquel entonces y saturaba la publicidad en las calles alternándolas con las pancartas de Alberto Andrade que quería volver a ser alcalde de Lima.

Todo estaba listo para la presentación. Sebastián fumó esa plantita verde que olía feo, que según él lo convertía en el baterista de la banda y nos invitó ron con Coca-Cola que acostumbraba llevar en una botella de gaseosa por si acaso algún profesor nos pillaba en el salón que habían habilitado detrás del escenario para que nos cambiemos. Yo me sentía acelerado con el ron que calentó mi garganta; sin embargo, salimos con todo para delirar a nuestra fanaticada. En el medio del tumulto vi a Mariana con una pancarta que decía: Cantas lindo Pancho y un corazón. Eso me entusiasmó a seguir cantando y esperar con ansias la última canción ‘Yo te vi en un tren’ de los Enanitos Verdes, con la cual iba a proponerle a Mariana ser mi enamorada. ¡Qué momento tan especial! 

Tocamos las tres primeras canciones y todo iba saliendo bien. El público pedía otra canción y nosotros ya la teníamos preparada. Mariana estaba mirándome a los ojos y yo sudaba de nervios no por estar frente a miles de personas, sino, porque iba a hacer la locura de amor más grande en los 16 años que llevaba de vida. Cuando hice el anuncio de la última canción el audio se cortó y mi voz no se escuchó por los parlantes. Pensamos que se trataba de una falla técnica, pero apareció la profesora Zoila Baca, animadora del evento, con su voluminosa apariencia para agradecer nuestra presentación y dar por terminada nuestra participación. Mientras el público aplaudía le pedimos una explicación a la maestra por suprimir la cuarta melodía de nuestro repertorio, quien se excusó que por falta de tiempo tenían que suspender nuestra aparición. Sentí una rabia incontrolable. La hijadeputa de la maestra había cancelado mi canción con la que iba a declararme a Mariana. Movido por el ron que tenía en el cuerpo tomé el micrófono y arrojé unas palabras por mi garanta: ‘‘Nos retiramos querido público porque la profesora Zoila Baca, esa hijadeputa, ha cancelado nuestra presentación injustamente. Gracias por todo’’ y le saqué el dedo medio delante de todos. Para el alumnado quedé como un héroe por decirle en frente de todos lo que medio San Agustín pensaba de la profesora, pero el director del colegio me llamó la atención apenas bajé del estrado y me expulsó del colegio.

Ya en la casa mis padres me dieron una paliza. Por supuesto me quitaron el celular de Tele 2000 que me regalaron. En ese mismo instante decidieron mandarme de viaje a España a terminar la escuela. Se comunicaron con mi tío Ronald y compraron pasajes para el día siguiente en Aero Continente. Como el período escolar comienza en setiembre supusieron que no debían perder el tiempo para reformar a su hijo malcriado que calificó de hijadeputa a una profesora del San Agustín por no darle el gusto al caprichoso de su hijo Francisco de cantar una cuarta canción en el aniversario del colegio. Sentí odio contra mis padres. Me estaban alejando de mi banda, de la inauguración de Larcomar, de la Feria del Hogar, de ir a ver el Mundial de Francia 98 con mis amigos al Lima Cricket, sobre todo me estaban alejando de Mariana. 

Nunca pude despedirme de ella, quizá esté tan decepcionada conmigo al igual que mis padres por mi mala conducta en el aniversario del colegio. De igual forma, sus papás no iban a permitir que su bella hija del Sophianum tenga un romance con un rockerito que acababa de ser expulsado del colegio San Agustin. Los chicos de la banda vinieron a despedirse de mí, pero mi padre no los dejó entrar a la casa. Sin nada más que hacer en Lima hice mis maletas y me fui a España resentido con mis padres.

Pasaron algunos meses y terminé el colegio. Mis padres me llamaron para que venga a Lima a estudiar Derecho en la Universidad Católica como acostumbraban los hombres de nuestra familia. ‘‘El castigo ya terminó, Francisco’’, me dijo mi madre. Aunque la verdad es que si regresaba mi castigo continuaba porque yo no quería ser abogado como mi padre, mis tíos y mi abuelo. Yo quería estudiar Comunicaciones y contra todo pronóstico me quedé en España para estudiar en la Politécnica de Madrid. Perdí contacto con todos mis amigos de la banda y también con Mariana. Mi futuro estaba en España. El odio y resentimiento contra mis padres por haberme mandado lejos se convirtió en un profundo agradecimiento ya que la situación en Europa estaba muy bien, a diferencia de lo que vivía el Perú del 2000. Leí en internet que Fujimori ganó con fraude la re reelección, la crisis económica continuaba y se sumaba una crisis política que ensuciaba la imagen del país ante el mundo empresarial. La situación estaba imposible y estar afuera del Perú era una bendición.

Lima 2019
Ha pasado casi 22 años desde que vi a mis compañeros de la banda por última vez. Hace 22 años no venía a Perú y he regresado para quedarme. España atraviesa un mal momento financiero y no hay trabajo, mientras que el Perú vive una etapa de crecimiento económico. La semana pasada recibí una llamada de la agencia de publicidad Circus para ofrecerme un buen puesto de trabajo en Lima, así que pegué la vuelta. No tenía el número de ninguno de los muchachos de la banda pero recordaba donde quedaba la casa de Iván. En el cruce de Rousseau con Javier Prado. Decidí ir a buscarlo para juntar a toda la banda cuando en el camino me di cuenta que la avenida Javier Prado tiene una gran vía expresa. A la altura de Paseo de la República hay un sistema de buses llamado Metropolitano. En el cruce con Aviación hay un Metro por elevación, un centro comercial y un teatro y el edificio de Bellsouth al lado de la casa de Iván es ahora de Movistar. ¡Qué cambiada está la ciudad!

Llegué a la casa de Iván y él no podía creer que estaba de regreso. Le comenté que iba a quedarme en el país para siempre y se alegró. A continuación, llamó a los demás ex integrantes de la banda, quienes llegaron rápido a la cochera de siempre, reencontrándonos luego de 22 años. Todos se alegraron de verme y recordaron cuando insulté a la profesora Zoila Baca en el aniversario del San Agustín. La banda continuó con otro cantante por algunos meses pero luego de que los rockeritos acabaron el colegio, la academia y el ingreso a la universidad terminaron por liquidar el grupo. Iván y Manolo ingresaron a una nueva universidad que apareció por aquella época: la San Ignacio de Loyola. Todos estaban cambiados. Sebastián se volvió adicto a la plantita verde que olía feo, sí, esa planta, la marihuana. Pero logró rehabilitarse y ahora pertenece a una iglesia evangélica. Precisamente es ahí donde continúa tocando la batería, esta vez en un grupo musical que toca canciones de alabanza a Dios. 

Pregunté a los chicos si sabían algo de Mariana. Ellos me dijeron que nunca supieron más de ella desde aquel fallido intento de declaración de amor. No quise averiguar más, seguro estaría casada y ya se habrá olvidado de mí. A pesar de eso, fui a pasear solo a Miraflores. La nostalgia embargó mi ser y pasé por la calle de las pizzas. El Rosalino ya no existe. Fui a pasear al Parque Salazar y tampoco existe. En su lugar está el imponente centro comercial Larcomar donde prometí ir con Mariana apenas sea inaugurado. Tampoco vendían la Chiki de Concordia que solía tomar con Mariana. No existía nada. No existía Mariana. Ella no estaría jamás a mi lado. Solo el recuerdo y la fría brisa de la playa era lo único que quedaba. Gracias a esa profesora hijadeputa nunca pude declararme a Mariana. Maldita Zoila Baca. Maldita hijadeputa.

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Escribe: Juanjo Sarmiento
Twitter: @juanjose_sv17
Instagram: juanjosarv



Estábamos en la segunda fase del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas del Perú, una época en donde Morales Bermúdez, en 1975, dio un incruento golpe de estado a Velasco Alvarado: el conocido ‘Tacnazo’. Durante el gobierno de Bermúdez, incluso desde antes, la población empezaba a presionar mediante marchas, huelgas, el famoso ‘paro’ del 19 de julio impulsado por la CGTP… tanto que el país se declara en Estado de Emergencia y se implantaron los famosos ‘toques de queda’. El gobierno recibía un rechazo popular y, durante ese embrollo, nacía, en Bellavista, el peruano más exitoso de todos los tiempos. Sí, no solo el deportista más ganador, con el gran respeto que se merecen Máximo San Román, Erasmo Wong, Mario Vargas Llosa, los Rodríguez, Teófilo Cubillas, Mario Testino, los Romero… y otros más, pero está bien, vamos a concertar que Claudio y ellos están a la misma altura.

Ya todos conocemos la trayectoria de Claudio Pizarro, algunos la critican, otros la respetan y los analistas la enaltecemos. Debutó con 17 años y, tres años después, se fue a Alemania. Aguanta, pasaron dos años más y el Bayern ya lo tenía en sus filas. Después, tuvo un breve paso por Londres, era pedido expreso de Mourinho y ya compartía vestuario con ‘jugadorcitos’ como Drogba, Shevchenko, Anelka y John Terry. Por cierto, no mencioné a Oliver Kahn, Giovanni Élber, Michael Ballack, Ze Roberto, Sagnol, Roy Makaay, Lucio, Lahm… en fin, todos de la talla de Claudio. No la quiero hacer más larga, pero Pizarro retorna al Bremen, vuelve a Múnich y luego hace su tercer ciclo en el Werder Bremen. No estoy mencionando la emoción de los alemanes, los récords que rompía ‘Pizza’ y la ilusión de la hinchada. Una pausa… Claudio, para ti, si yo tengo que escribir sobre tu carrera, nunca será con el fin de que te retires. No te retires, nunca. Solo me gustaría saber mejor y contar por qué no llegaste a Madrid. Para la temporada 2017-18 ya te daban por retirado, acá, en tu país; sin embargo, los alemanes y algunos de nosotros anhelábamos que continúes. Gracias Colonia, gracias. Hoy estas en el cuarto ciclo del club que te hizo debutar. Este es el resumen, muy sencillo y perfil bajo, de la carrera de Claudio Miguel Pizarro Bossio. Perdón, perdón por no mencionar los más de 20 récords y los 19 títulos que ganaste. Ahora sí, ya tienen, una pequeña idea de quién voy a escribir. Si no me creen, pregúntenle a Pep, él iba a convertirlo en el mejor del mundo si lo hubiera conocido con unos añitos menos… así decía.

Agradece, peruano. Agradece porque si tienes la suerte de ir a Alemania, incluso a Europa, y mencionas tu nacionalidad, te atenderán excepcionalmente, solo porque otro peruano los hizo felices… los hace. Pienso que todos los peruanos sabemos la calidad de Claudio, sino no le hubiéramos exigido tanto con la selección. ¡Qué envidia, Alemania! ¿Por qué? ¿Por qué no la descosiste con tu país? Si alguien me menciona algún jugador en toda la historia del fútbol mundial que haya llevado a un lugar importante a su país (obviamente a proporción) sin necesidad de otros cracks a su lado, dejo de comentar fútbol. Puede parecer muy corriente esa justificación; sin embargo, es la realidad. Yo ya no busco una razón por la cual criticarlo, ni lo hacía, simplemente le agradezco por los goles a los ´rotos´, los empates ante Bolivia en la Copa América (no podemos perder contra el peor, así estemos mal), el gol de media vuelta a Ecuador, el zapatazo a Venezuela en Chile… por los 25 goles con la ‘blanquirroja’ (5 con la sub 23). No importa si a nivel de clubes hiciste 13 veces más esa cifra, siempre serás peruano y tus logros son de todos.

Se me vienen los recuerdos de tus goles muy rápido, tan rápida como esa diagonal que metiste ante Schalke, en la temporada 2000/01, controlaste el balón como cuando controlabas la Bundesliga por muchos años y definiste con un sombrero, sin dejar caer el balón porque lo querías así, se ve más bonito, con la elegancia que te caracteriza, esa tranquilidad e inteligencia al escuchar inexplicables críticas y malos deseos hacia tu persona. Tu mejor gol, para mí y para la Bundesliga… seguramente para ti también.

Claudio sí ama al Perú, mucho más que esos peruanos que lo critican. Él ama a nuestro país porque nunca nos olvidó, nunca dejó de llevar nuestra bandera a cada país del mundo donde ganaba un título. Se la colocaba a la cintura o la llevaba en su espalda, pero siempre con ella. Iba a la tribuna, donde generalmente había al menos un peruano, lo saludaba y le pedía más vestuario peruano para llevarlo al centro del campo. Estoy seguro de que, con este acto, él quería decirle al mundo que el Perú estaba presente en los máximos torneos del mundo, que el Perú era también campeón de Alemania, de la Champions y del Mundo. Y nosotros, ¿cómo nos sentíamos al ver esto? Yo me sentía muy feliz, primero por Claudio. Él hacía que el peruano se sienta parte de tal logro… yo sentía orgullo al ver nuestra bandera. Claudio piensa en nosotros cuando logra algo, nos quiere hacer sentir parte de. Siempre habla del Perú, siempre ´saca cara´ por nosotros a pesar de que somos mal agradecidos con él. Pizarro en el extranjero habla bien del peruano que más lo critica. Y dime, ¿eso no es amar al Perú?

Que venga Pizarro, que retorne al Perú, si él lo desea. De todas formas, somos conscientes del contexto y de la situación. Perdón, en nombre de todos los peruanos, por no saber valorar ni apreciar lo que tenemos. El día en el que nos demos cuenta de que debemos estar realmente orgullosos de lo que tenemos y lo cuidemos, creceremos como país. Lo mejor está en nuestra tierra, solo hay que creerlo. Quiero cerrar disculpándome con los que nunca se han puesto a pensar sobre el porqué de las cosas que pasan, no tiene una mínima capacidad analítica y solo hablan, charlatanes. Claudio Pizarro es el peruano más exitoso, duela a quien le duela… lo ganó todo. El Perú se quedó en quiebra con él, nunca le dio el Mundial… aun así, les aseguro que ni con la Copa Del Mundo le pagaríamos a ‘El Bombardero de los Andes’ por tan alto que dejó el nombre del Perú. ¡Gracias, Claudio!


sábado, 23 de marzo de 2019

Investigación: Fernando Eslava 
Facebook: fb.com/feslava
Instagram: topopitt
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Luis Miró Quesada de la guerra dijo alguna vez que el periodismo puede ser ´´ la más noble de las profesiones o el más vil de los oficios’’ considerando que el periodismo tiene un poder e independencia envidiable que solo el periodista puede manejar con libertad y autonomía. ´´El objetivo del periodista debería estar centrado en el público, buscar la información siempre pensando en él, y brindarla en función de ello, con la mayor honestidad, transparencia y brillantez posible´´ (Universidad Jaime Bausate y Meza, 2010:2).

El periodismo deportivo es una forma de ejercer el periodismo en la cual el periodista informa a cerca del acontecer deportivo mundial o de una determinada región. ´´Si el periodista conoce la especialidad deportiva a tratar logrará un seguimiento de los aficionados hacia sus crónicas y comentarios’’ (Alcoba, 1993:62). En el Perú, los periódicos y programas de televisión deportivos ocupan más del 85% de su contenido a tratar noticias vinculadas al fútbol debido a la alta popularidad e importancia que ocupa el balompié en la vida de los fanáticos peruanos. Los periodistas deportivos que escriben de fútbol son, además, fanáticos del mencionado deporte; con lo cual, crean un vínculo cercano con sus lectores, quienes logran captar rápido el mensaje y ponen en práctica lo inferido de las redacciones periodísticas que muchas veces no tienen la mejor de las intenciones.

El periodista, en cualquiera de sus especialidades, está sometido a ´´resistir todo tipo de presiones por parte de las empresas para aumentar sus ventas y promocionar sus espacios de cara a la publicidad’’ (Alcoba, 1993:62). El periodismo deportivo no es ajeno a esa situación. Es por tal motivo que los periodistas deportivos tienden a explotar los aspectos negativos de las noticias deportivas, emplear lenguaje violento, colocar titulares ambiguos e imponer el rumbo sensacionalista en el medio. Debido a la alta cantidad de lectores, estas malas prácticas periodísticas avivan la rivalidad entre los equipos y dan pie a la violencia en torno al fútbol. Todos estos casos que desvían al periodismo deportivo del sentido ético de la profesión serán detallados en la siguiente in
vestigación de El Blog de Topo.


En el transcurso de informar todos los detalles sobre su equipo favorito, la prensa deportiva, suele caer en ´´una suerte de farandulización que necesita del catastrofismo para mantener la emoción, ya no solo a lo largo de los noventa minutos, sino de toda la semana´´ (Mangone, 1999:13). Esta necesidad por hacer más ‘’increíble’’ el contenido noticioso de lo que realmente es conlleva a formar un clima de falsa expectativa y dramatismo banal. De ahí parte el hecho de noticias ´´resultadistas´´ que se cuelgan del éxito o fracaso de algún equipo para llamar la atención de los lectores. Por ejemplo, la selección peruana de fútbol no tenía opciones reales de pelear por un cupo al Mundial Brasil 2014; sin embargo, los diarios peruanos realizaron una amplia cobertura a los seleccionados y vendían una imagen sólida de la participación del equipo en las Eliminatorias. A diferencia de lo que realmente pasaba, no dudaron en apodar ‘’Los cuatro fantásticos’’ a cuatro jugadores de un equipo que marchaba por los últimos lugares de la tabla de posiciones.

Al caso presentado líneas atrás, el periodista deportivo Carlos Mangone, lo señala como ´´Nacionalismo de la industria cultural’’ porque considera que ´´el discurso del periodismo deportivo mantiene bien altas las banderas de la diferenciación nacional para que se refuercen aquellas identidades actualmente agredidas por el proceso de globalización mundial´´ (1999:14) En contra parte a otros medios de prensa deportivos del extranjero, los diarios peruanos toman partido por la selección nacional, dejando de lado la imparcialidad y objetividad que deberían ser notas innatas al periodismo deportivo.

LOS DIARIOS DEPORTIVOS: EL LENGUAJE DEL FÚTBOL
Diario
Lectores diarios
Lectores diarios (%)
Depor
437,023
4,4%
Líbero
248,581
2,5%
El Bocón
143,336
1,4%
*Lectores diarios: Número de personas promedio que leen el medio en un día/ Fuente: MRP. Estudio de Lectoría de Diarios y Revistas en Lima Metropolitana: Noviembre2012_Octubre2013

Depor es parte del conservador Grupo El Comercio y actualmente es el diario deportivo con la mayor lectoría en el Perú, a pesar de sus cortos 5 años. La cantidad de lectores bordea el medio millón. Su ex director, Daniel Titinger explica en el libro ´´Prensa peruana rompe las tendencias’’ que ser lector de Depor es como ser un espectador de tribuna occidente porque marca distancias de los periódicos con los que compiten al mostrar una gama de noticias de éxito y triunfo y no de violencia y miseria. El periódico va dirigido a los jóvenes, a esa generación que no vivió la violencia política ni la crisis económica de los años ochenta, pero que sí conoce de peruanos emprendedores, crecimiento económico, modernidad y progreso. 

Titinger marca distancia de los diarios chicha, dice dirigir un diario divertido y respetuoso para una generación que anhela victorias y buenas noticias. Los lectores de Depor son ´´jóvenes de 15 años a los que les gusta el fútbol; que no pertenecen a la barra de ningún club; que son hinchas de un equipo distinto en cada país; que miran fútbol internacional; que se preocupan con honestidad por sus equipos; que se preparan para la universidad y les gusta leer textos que respeten la ortografía y gramática’’ (Titinger, 2013:99). Es un claro ejemplo que construyendo un tipo de lector sin ofrecer morbo y violencia se puede obtener altos índices de audiencia.


Líbero es parte del Grupo La República de posición política centro-izquierda, el grupo antagónico a El Comercio. Antes de la aparición de Depor era el periódico deportivo más leído del país. Por su parte, El Bocón es el diario deportivo con mayor carácter sensacionalista, emplea un lenguaje más coloquial e invaden constantemente la vida privada de los protagonistas del deporte rey. Curiosamente admiten apartarse del periodismo serio y formal. En la revista de colección por su aniversario número 20, el diario recuerda el texto con el cual ingresaron al mercado. Una clara muestra de la forma en que hacen periodismo deportivo. ´´Ustedes están hartos de solemnidades. Nosotros también. Por eso nuestro estilo y sus expectativas hicieron contacto (…) Por eso le pusimos un espíritu atrevido a la profesión. Y nos peleamos por lo que verdaderamente vale’’ (Dávila, 2014: 9).

PRENSA DEPORTIVA EN TV: ESTILO ‘VECO’ O ESTILO ‘GONZALO NÚÑEZ’
Los programas deportivos en el Perú han sufrido un cambio a lo largo de los años, pasando de un estilo formal de comentar jugadas de lujo a convertir en un show del fútbol que mezcla comentarios, insultos apasionados y entretenimiento, pero con el plus de explicar tácticas y estrategias (Latina Deportes y El Show del fútbol). Un estilo muy del fútbol contemporáneo. ´´El comentario futbolístico de años pasados se referían a secuencias dentro del partido, respondiendo en gran medida sobre el componente técnico de los jugadores involucrados complementado con referencias y comparaciones´´ (Panfichi, 1997: 65).

Antes primaba el análisis funcional y virtudes técnicas. Un gran emblema de este estilo fue Emilio Lafferrandiere ´´El Veco´´. En cambio, ahora se ha perdido el estilo romántico para pasar al de comentarios de valor táctico de los jugadores o tal vez a hacer burlas, bromas y pachotadas como Osores poniéndole las piernas a Del Portal en Fútbol en América. El periodismo deportivo de hoy también ha nutrido de jergas a los sectores populares con apodos, frases violentas y valorar aspectos de las barras bravas, algo que evidencia lo éticamente inadmisible (Panfichi, 1997: 63).
Los programas deportivos de televisión, de la misma forma que los diarios, gozan de alta sintonía. En el Perú existe un canal peruano que transmite deporte las 24 horas del día:  Movistar Deportes y Gol Perú en televisión de paga. En señal abierta destacan programas como Fútbol en América de América Televisión y el bloque deportivo de ATV, ambos con más de 10 años al aire. El espacio de Canal 4 fue conducido por Gonzalo Núñez (quien es conocido por decir constantes lisuras en sus transmisiones deportivas) y Erick Orosres. Actualmente, ante la salida de Núñez, Osores se quedó en el espacio y se reforzó con Del Portal y Richard de la Piedra. En este programa se discuten los planteamientos de los equipos de fútbol de la semana y se analiza su desempeño. Además se critica duramente el pobre nivel del fútbol peruano y se realizan ‘previas’ con divertidos reporteros que juegan con los hinchas. Alcanzan 8.3 puntos de rating según Ibope Time. 

El periodismo deportivo peruano es sin duda un buffet de ofertas para todos los gustos, siendo los preferidos los más críticos y analíticos, aunque cada vez gana más terreno los espacios que hacen del fútbol un show o un mero espectáculo barato. Por ser el fútbol un deporte tan popular, la opinión de los periodistas en esta materia suele ser muy influyente en la forma de pensar de los hinchas. Esto tiende a ser peligroso cuando el profesionalismo se rompe y los comentarios trasgreden el límite ético.

¿Y LA ÉTICA?
Por la gran cantidad de audiencia que tienen los medios de prensa deportivos existe una responsabilidad ética mayor que debe ser seguida por los que emplean el oficio. ´´Como cualquier periodista, el especialista en deportes debe ser consecuente con el código ético y deontológico, a través del cual se reconozca su imparcialidad’’ (Alcoba, 1993: 45). Esto limita el nivel de apasionamiento del periodista deportivo al momento de polemizar sobre un determinado equipo de fútbol. Como dice Alcoba un buen profesional de la información deportiva no debe exprimir situaciones límites provocadoras de escándalos.

En el Perú se maneja extraoficialmente una percepción que el Diario Depor tiende a favorecer en sus crónicas a Universitario de Deportes, mientras que Líbero y El Bocón a Alianza Lima. Estas preferencias de un medio a un determinado a equipo no son bien percibidas por los lectores quienes rechazan estas posiciones y exacerban sus ánimos para hacer notar que la información publicada no es verdad o carece de fundamento. Siempre para defender al equipo del que son hinchas. ´´La insignia guerrera también puede ser el soporte de un mensaje con destinatarios massmediatizados. Los hinchas reprochan a un canal de televisión por favoritismo y al relator por su partidismo. Los objetos de deseo para la agresión a veces son los periodistas’’ (Alabarces, 1999: 32). Según Alcoba ´´el periodista es ante todo, y sobre todo, un observador imparcial y no puede tomar partido por uno u otro equipo’’.

Un periodista ideal debe mostrar una moralidad intachable y ser honesto. Esa es la mejor garantía de sus informaciones. Sin embargo, es la enorme cantidad de dinero que mueve el fútbol que motiva a los periodistas deportivos a caer en el sensacionalismo o son ganados por su espíritu de hincha para emitir un comentario a favor o en contra de un determinado jugador, equipo, competición o dirigente. ´´Los periodistas deportivos emiten juicios de valor, insultan constantemente a los personajes públicos, esto genera un escenario de opinión sobre el cual el aficionado se hace una idea sin buscar pruebas o sin confirmar verdad´´ (Morales, 2013:242). En otras ocasiones exageran y promocionan los escándalos del fútbol como insultos, racismo, corrupción, errores arbitrales, compra de jugadores, controles antidopping, entre otros sucesos relevantes que despiertan sensación en la opinión pública. Las opiniones parciales de los hechos y la tendencia a encender el escándalo caliente el ambiente futbolístico y puede abrir una puerta hacia la violencia. ´´El periodista deportivo no tiene más remedio que renunciar a sus simpatías por un determinado club o deportista´´ (Alcoba, 1993:49)

Tomando en cuenta la gran cantidad de aficionados al fútbol en Perú y los altos niveles de lectoría y rating de los programas deportivos, a manera de conclusión podemos afirmar que, lo expuesto anteriormente y la influencia del periodista deportivo en los hinchas se evidencia con la teoría de la aguja hipodérmica ya que ´´ se basa en que los mensajes de los medios afectan a la conducta de las personas en forma directa y mesurable y que así mismo son capaces de inyectarle ideas a una persona de la misma manera como lo hacen las agujas con sus líquidos (Morales, 2013:24). Asimismo, cuando un periodista deportivo se convierte en ´´hincha´´ y no deja de lado sus pasiones puede alterar el ánimo de los aficionados quienes desbordan sus inclinaciones en actos violentos.

LA VIOLENCIA: SENSACIONALISMO EN LA PRENSA DEPORTIVA
Para muchos de los hinchas de fútbol existe una concepción fundamentalista del deporte hasta el punto que es considerado como una verdad absoluta y una religión. En el fútbol cada equipo tiene un ídolo que puede ser representado como un dios, un estadio de local que sería representado como el templo y alabanzas que son representadas por los cánticos de aliento que se entonan en la cancha. Esa pasión y efervescencia con la que defienden ´´su verdad´´ como ´´irrefutable´´ conlleva a ´´ganar territorio´´ y a marcarlo mediante pintas, murales y banderas. Estos objetos serán el trofeo de los adversarios si es que los roban o lo dañan. En el transcurso se estas acciones hay enfrentamientos entre barras de equipos opuestos o del mismo equipo los cuales son tratados por la prensa con mucha hipocresía desvirtuando el espectáculo.´´Los medios de comunicación dan constantemente pie a que la guerra entre barras continúe; en lo más álgido del torneo, hubieron titulares como <<Alianza-Sur advierte que no responde por las consecuencias>> y otros como <<U-Norte hace de las suyas>> y luego cuando hay lesiones los medios condenan y exigen castigos’’ (Castro 1994:177). La prensa suele considerar ´´completo´´ un partido cuando existió una bronca. Este avivamiento de las tensiones provoca la ira de los rivales, aumenta el deseo de venganza y de demostrar quién es más fuerte.

Una de las consecuencias claras de los actos de violencia es que se mira de otra manera a los periodistas deportivos que alimentan estos deseos revanchistas, toman partido por algún equipo y no condenan las expresiones racistas o la pelea entre barras. Estos malos profesionales desvirtúan el periodismo deportivo ´´tienen disparidad de criterios sobre un partido de fútbol, se muestran apasionados a la hora de exponer su opinión en relación a un deportista. Sus comentarios no deberían tener ánimo de despecho y su opinión debe ser sincera y realista´´ (Alcoba, 1993: 46). Por otro lado también se evidencia más violencia: muertos y heridos y esto produce la decadencia del fútbol como espectáculo y genera un estado de miedo entre los aficionados evitando que familias, niños y mujeres vivan de la fiesta, el color y la emoción del balompié.

EL RACISMO EN EL FÚTBOL
Los medios de comunicación ´´difunden una visión racista del futbolista de raza negra´´ (Lucas, 2006:61). Las frases racistas con alto tono despectivo se han instaurado como algo normal en los medios de comunicación y se utilizan como apodos y maneras de referirse a determinados jugadores. Sobrenombres como ‘gorila´, ‘mono’ o ‘zambo’ son altamente frecuentes en la coyuntura futbolística. En Ecuador la situación es aún más crítica. La clasificación de dicho país al mundial de Corea Japón 2002 significó, además, la reivindicación de la población ecuatoriana de origen africano, golpeada históricamente por el racismo y la pobreza; sin embargo ´´el racismo se vio reflejado desde el periodismo deportivo ecuatoriano con la utilización de frases despectivas por parte de comentaristas y relatores’’. Si bien, en el Perú no existe un racismo generalizado, si se divide la cancha con ´´los blanquitos de la U y los negros del Alianza’’ según lo señala Panfichi. Alianza Lima ha sido víctima de cobardes ataques por el color de piel morena de sus jugadores cuando ha visitado las ciudades de Cajamarca y Cusco.

El racismo en la crónica o transmisión de fútbol se evidencia en el agravio, como dice Mangone ´´se expresa en algunos adjetivos de racismo por nacionalidades como <<judío>> o <<bolita a bolivianos>>, lo que sería algo habitual de la pasión-sin razón de las multitudes se convierte en el peligroso ejercicio impune de la palabra mediática de los periodistas deportivos´´ (1999:16) principalmente cuando los locutores comentan sobre la gente y la cultura del país local.

Por otro lado, sabemos que la concepción de esta estética de belleza física proviene de las empresas de prensa escrita y radiofusión, las cuales responden a un interés económico y los redactores y periodistas se ciñen a la línea editorial del grupo donde laboran. Esta competencia periodística es promovida por las empresas de los medios de comunicación y ´´es guiada por la incapacidad de algunos dirigentes de las redacciones más imbuidos en el sentido comercial del medio que en la ética de la profesión’’ (Alcoba, 1993: 51). Es por eso que a través de la colocación de titulares ambiguos que se presenten a la doble interpretación evidencian una profunda manipulación de información para garantizar aumentar la venta del diario o elevar la audiencia del programa de televisión

LENGUAJE BÉLICO EN LA PRENSA DEPORTIVA
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Otra forma de expresión del sensacionalismo, es el empleo de lenguaje violento. El fútbol como es una competencia y un deporte de contacto ha sido en muchos momentos una disputa de poder políticos y económicos donde el ´´estado de guerra´´ se ha traducido en un vocabulario bélico que está presente en las tribunas, en la narración, comentarios y en la prensa. ´´Las analogía épicas de relatores y cronistas juegan hoy el contrapunto con los cantos guerreros y desafiantes de las tribunas y de los comandos urbanos de hinchas´´ (Mangone, 1999:12) Es por ese fervor que ´´los periodistas utilizan un léxico especializado en el deporte y un lenguaje común que procede de la calle, del habla popular. Así se acercan mucho más los redactores a los lectores, que serán los compradores de periódicos´´ (Barrero, 2008: 147). 

De esta forma, se mezcla el lenguaje especializado con el cotidiano, y más en un deporte considerado tan popular y propio de todos los estratos sociales, especialmente de los más pobres, como se ha definido en muchas ocasiones al fútbol; sin embargo, a veces los periodistas exceden el límite y explotan al máximo el lenguaje violento. ´´Pese a que el lenguaje futbolístico tiene muchos vocablos tomados de las confrontaciones bélicas, en muchas ocasiones se abusa de palabras con tintes violentos, se utilizan numerosas metáforas bélicas o militares’’ (Barrero, 2008:144). Barrero analiza algunos titulares en los periódicos. ´´En el diario Marca encontramos unidades como ‘‘puntería’’, ‘‘amordazaron’’, ‘‘choque’’, ‘‘el Depor vio peligrar un poco el partido’’, ‘‘sin capacidad de pegada’’ o ‘‘luchando con tipos de verdad’’. Y del diario As tenemos palabras y oraciones como ‘‘tarascada’’, ‘‘paradón’’, ‘‘amenazó’’, ‘‘se estrelló’’, etc.´´ (Barrero: 2008: 148).
El empleo de frases racistas, apodos y el lenguaje violento influyen en la conducta y el lenguaje de los hinchas, sobre todo en los más jóvenes. ´´Se tiene presente en la mayoría de investigaciones que la violencia en televisión causa efectos que perjudican a los televidentes en general, pero sobre todo en los niños y adolescentes´´ (Barrero 2008:142). Estas palabras utilizadas en una transmisión de un partido de fútbol o en las crónicas periodísticas de los diarios traen consigo una nefasta consecuencia pues hace ver al campo de juego como un escenario de batalla donde todo es válido con tal de ganar la contienda. Esta sensación de estado de guerra ´´nos pone a reflexionar sobre el hecho de que el campo fue modificado lo suficiente como para que un mismo discurso tenga otro efecto y quizás no de los más deseables´´ (Mangone, 1999:12).
Escribe: Fernando Eslava 
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El bus del corredor rojo ingresó a la avenida La Marina mientras leía un artículo en el teléfono sobre la próxima visita del Papa Francisco al Perú. La noticia de su viaje apostólico a nuestro país transmite un mensaje de esperanza para los católicos. Francisco es un líder religioso empático, carismático y cercano, cualidades que quizá distan mucho de la imagen que una persona pueda tener sobre un clérigo. Ese argentino, blancón, de 80 años, fue alguna vez Arzobispo de Buenos Aires, hace algunos años sacerdote y décadas atrás, seminarista. 

El ómnibus se detuvo en el paradero de la avenida Sucre. Sorteé el tráfico y me paré frente a una antigua construcción que luce varias ventanas. Todas de igual forma y tamaño. En aquel edificio se forman los futuros sacerdotes de la Arquidiócesis de Lima durante 8 años. Lima, la capital del Perú tiene 10,5 millones de habitantes, de los cuales el 76% profesa la religión católica; sin embargo, el claustro al que estaba a punto de ingresar apenas acoge a 54 aspirantes, de los cuales, con suerte, solo la mitad termina ordenándose sacerdote. Toqué el timbre del intercomunicador y la puerta se abrió en cuestión de segundos. Ingresar al Seminario Santo Toribio de Mogrovejo es ingresar a la vida íntima de sacerdotes y seminaristas, aquellos hombres de negro que con sospechas vemos e intenciones no conocemos. 

-Buenos días, padre. 

-Hola Fernando. Adelante. Por favor espérame en uno de los salones. Estamos terminando de tomar desayuno. 

Eran las 9 de la mañana. Me senté en un cómodo sillón de un salón de recibimiento, cercano a la puerta. El ambiente tiene techo alto y está decorado con cuadros de condecoraciones al exarzobispo de Lima, Juan Landázuri Ricketts –entre ellas el Doctor Honoris Causa otorgado por la PUCP-, y fotos de la última visita del Papa Juan Pablo II a Lima en 1988. Las palabras cedieron ante el silencio por treinta minutos. El armónico sonido interior del claustro me aisló de la rutina caótica a la que estamos sometidos en el día a día limeño. Las paredes ocultan las voces externas y el arrullo del agua de la pileta, confundido entre los cánticos de los pajaritos, presentan al Seminario como un oasis en medio de tanto infierno. Luego de unos minutos más de espera, regresó el sacerdote que me recibió en la puerta de entrada. Me mira con una sonrisa amable y se disculpa por la tardanza. Jorge López es el rector del Seminario Santo Toribio desde el 2015. Tiene 41 años y es sacerdote desde los 28. Es alto y usa anteojos. Abandonó sus estudios de medicina en la Universidad de San Marcos cuando cursaba los últimos ciclos académicos. En medio de huelgas y paralizaciones de clases dejó la Facultad San Fernando para instalarse en el Seminario Santo Toribio. 

-A mis padres les costó muchísimos años entender cuál era mi verdadera vocación. Fue duro para ellos y para mí también. 

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En uno de los jardines del Seminario me esperan Franz y Rodrigo. Ambos jóvenes tienen 21 años y son seminaristas. Hace un año, Franz se trasladaba todos los días desde su barrio, Santa Beatriz, hasta la Universidad San Martín de Porres en Surquillo. Allí estudiaba Ciencias de la Comunicación en las mañanas. Luego iba a trabajar para poder pagarse la carrera. Unos cuantos distritos más lejos, en Surco, Rodrigo estaba sentado en una carpeta de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Ricardo Palma. Mientras atendía la clase, conversaba por WhatsApp con su enamorada y planificaba con sus amigos la fiesta a la que asistirían por la noche. Doce meses después, sus vidas dieron un drástico cambio: renunciaron a todas estas actividades y hoy se encuentran en un claustro donde duermen todas las noches lejos de su familia, amigos y fiestas. 

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-Vivimos en un mundo muy vertiginoso, de muchos cambios. Antes también existía la malicia, pero ahora la malicia es vista como buena. 

El Padre Jorge se acomoda en el sillón y frunce el ceño. 

-En estos tiempos en que abunda la viveza en la calle, se expande la sensualidad y crece la falta de respeto a los valores, un joven que vive en libertinaje no va a escuchar a Dios porque Dios le va a imponer cosas y el joven no quiere cumplir ninguna norma. 

-¿Por qué un joven debe interesarse en ser sacerdote? 

-Un joven que tiene vocación sacerdotal y se presenta al seminario quiere hacer algo por la gente. El seminarista viene por amor a Cristo y buscará proponerle a la gente un camino de transformación interior en el mismo Cristo. Esto no lo da el sexo, la posición económica, ni el poder. 

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Caminamos rumbo a la pileta. Franz me cuenta que como seminarista está al servicio de los demás. Dios lo ayudó a desprenderse de las cosas que lo apartan de Él. Le propuse acercarme a los demás seminaristas, pero no accedió. Me explicó que se encuentran en exámenes finales y el grupo de aspirantes están leyendo en la biblioteca del claustro. 

-¿Tienen horario para cada actividad? 

-Tenemos un esquema más o menos definido. Las reglas nos ayudan a formarnos. Nunca me había levantado a las 6 de la mañana y ahora ya es parte de la rutina. 

Rodrigo, por su parte, tuvo que renunciar al amor de su enamorada. 

-Ella me entendió. No se opuso. 

También dejó de ir a fiestas. Hace un año no va a una. 

-Las fiestas no son necesarias. Dios es el centro de nuestra vida. Las fiestas ya no tienen mucho sentido. 

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Para un joven en la actualidad resultaría muy complicado alejarse de todas estas cosas relativamente cotidianas en la vida del hombre. La vida en un claustro en donde los jóvenes permanecen los 7 días de la semana –salvo algunas horas libre los domingos- se ve poco atractiva. Es una forma de renunciar a la libertad que se nos ha otorgado. La desmotivación crece cuando vemos en la televisión a sacerdotes denunciados por abusos sexuales contra menores y leemos en los diarios noticias referentes a religiosos que incurren en delitos de corrupción, complicidad y encubrimiento. En ese momento, mis ojos conectan con los del Padre Jorge. 

-¿Cómo decirle a un joven que postule al Seminario cuando ve en las noticias una ola de críticas justificadas hacia malos sacerdotes? 

Las palabras se esfumaron. Se oyó el disparo de un ambientador ubicado detrás del sofá donde estaba sentado. 

-Es verdad que hay sacerdotes que no han hecho bien su función. Hay que ser humildes. Pedimos perdón por nuestros hermanos que se han alejado de Cristo. 

-¿Cómo entiende el aspirante esas disculpas? 

-Le mostramos que por el error de uno, no todos podemos ser condenados. Frente a un sacerdote que hace las cosas mal, hay mil que lo hacen bien. El problema es que ellos no son noticia. 

A Franz le había planteado la misma disyuntiva. Imaginó a un militar. Sabe que antes de atacar debe observar cómo está el campo de batalla. 

-El militar sabe a lo que se mete. Yo también. Y lucharé contra eso. 

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Los seminaristas ya se acostumbraron al ritmo de vida en el Seminario. El reloj blanco del amplio pasadizo marca las once de la mañana. Caminamos por la cocina y el olor a arroz con pollo indicaba que pronto el almuerzo estaría listo. Salimos al patio trasero donde hay dos canchas de fútbol y una de tenis. Allí un grupo de sacerdotes estaban jugando pelota con unos jóvenes que visitaban el Seminario. Franz y Rodrigo se esfuerzan por revelar que su vida es bastante normal y parecida a la de un estudiante universitario, con la diferencia de que tienen un acercamiento especial con Dios. A decir verdad, sus sonrisas contagian entusiasmo y sus palabras exhiben seguridad. Yo no entendía por qué. 

-No nos agarramos a latigazos. No hacemos cosas de otro mundo. 

Rodrigo me cuenta que cuando les dijo a sus amigos de la universidad que postularía al seminario le dijeron preguntaron por qué, si él es medio demonio. 

-¿Estás seguro?, me preguntaron. Se sorprendieron. 

Sin duda, no es común que un muchacho de 18, 19 o 20 años decida de pronto irse a vivir a un claustro. Esta práctica medieval que nace en el siglo XV aún persiste, aunque con grandes adaptaciones y transformaciones. Franz y Rodrigo no visten de negro. Usan ropa casual. Una camisa blanca, chompa y zapatos negros. Pero no siempre están vestidos así. Tres veces a la semana sacan el buzo del maletín deportivo y aprovechan la tarde para jugar fulbito. Los demás días se disponen a arreglar su cuarto, lavar su ropa y si alcanza tiempo ver una película en el único televisor del seminario que está ubicado en el salón de tertulia. 

-La vida del seminarista es especial, pero no es de un extraterrestre. 

Rodrigo me cuenta como es su día a día mientras caminamos rumbo a la Facultad Pontificia y Civil de Lima que está al costado del Seminario. Franz y Rodrigo junto a los otros 52 seminaristas inician su día rezando el rosario. Luego se dirigen a la Facultad para estudiar. La carrera se divide en tres años de Humanidades y Filosofía y tres años de Teología. Después del almuerzo conversan sobre temas de coyuntura divididos en grupos y disponen de tiempo para estudiar y hacer sus tareas académicas hasta la hora de la cena. Los fines de semana se agrupan para realizar actividades de ayuda social, que ellos denominan ‘‘labor pastoral’’, eventualmente organizan una parrilla en el patio y los domingos, después de la Misa en la Catedral, tienen la tarde libre para visitar a su familia. 

-¿Y si quieres pedir una pizza a las 10 de la noche, cómo haces? 

-Entendemos que no es prudente. Ya cenamos. Hay otras personas que no tienen qué comer. Es una oportunidad de ponernos en el lugar del otro. 

Entramos a la Facultad. Tiene tres edificios modernos. Parece un ambiente fantasma. No había nadie. Franz me hace una pregunta sobre qué carrera estudio. Asume que estudio Periodismo o alguna carrera de Comunicaciones. Me provocó preguntarle sobre sus estudios. 

-¿Qué tal te va en tus clases? 

Bien. Ya estamos por terminar el ciclo. La semana que viene son finales. 

-¿Sueles sacar buenas notas? 

Franz mira a Rodrigo con ojos cómplices. Ambos se ríen. 

-Se va trabajando. He jalado Lógica. La metafísica es difícil. 

-Yo también desaprobé ese curso en la universidad. Bueno, de lo que sí estoy seguro es que llegas temprano a clases. 

-La universidad está al costado, pero a veces llego tarde. Las clases comienzan muy temprano. 

En la Facultad los jóvenes seminaristas no estudian solos. Algunas monjas, profesores de religión y laicos también llevan clases en sus instalaciones. Nos sentamos en una banca. Hay muchas alrededor de una especie de rotonda. Franz me quiere contar algo más. 

-¿Aquí pasan tiempo en el break? 

-Sí. Algunos bajan a conversar. Nosotros aprovechamos en ensayar algunas canciones. 

-¿Ustedes hacen música? 

-Tenemos una banda. Yo canto y Rodrigo ayuda con el teclado. 

Los seminaristas descubrieron su talento por la música en los ratos libres de la Facultad. Cada cierto tiempo hacen una tocada para los sacerdotes, sus compañeros y el Cardenal Cipriani. En otras oportunidades, tocan para sus familiares. Dos veces al año todos los padres de los seminaristas los visitan en el claustro en un día de esparcimiento. 

-Si tuviéramos ahorita los instrumentos tocaríamos algo. 

¿Qué género musical tocan? 

-Cumbia y rock en español. 

-Pensé que solo música sacra. 

Sueltan carcajadas. 

-También, pero no generalmente. 

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El Padre Jorge se acomoda su camisa blanca. Yo estaba acostumbrado a ver a los sacerdotes vestidos de negro, pero el cura con el que estoy conversando no está vestido de ese color. El blanco que viste emana confianza. Él es el rector del seminario; sin embargo, trata de ser un padre para los seminaristas. Desde que los recibe por primera vez hasta que se ordenan sacerdotes. Cuando un joven siente el llamado de Dios, el padre Jorge los acoge en un club de discernimiento vocacional. Se reúnen por espacio de un año, en el cual mantiene entrevistas con los jóvenes para conocer sus motivaciones, inquietudes y deseos. Al finalizar ese proceso los invitan a una convivencia de fin de año. Ese es el momento decisivo para invitarlos o no a ingresar al Seminario. Si el joven acepta la propuesta, el siguiente paso es rendir un examen psicológico. Posteriormente, el padre se reúne con la familia del postulante. En paralelo, el iniciado deberá postular a la Facultad mediante un examen de admisión. Durante sus 7 u 8 años que dura la permanencia de un joven en el Seminario Santo Toribio, el padre Jorge destaca cuatros áreas de formación integral que recibe el seminarista, quien es acompañado permanentemente por un formador. 

-El joven que se forma aquí recibe valores humanos enfocados a una vida de virtudes. Se pone mucha fuerza en el área espiritual y la oración. También en el estudio universitario en la Facultad y por supuesto el aspecto pastoral, la acción social. 

En este momento de la conversación, el Padre Jorge saca pecho por su gestión. Aunque con mucha humildad, recalca que poco a poco observa mayor perseverancia entre los jóvenes y, si bien el número de postulantes no aumenta, la cantidad de deserciones en el camino se ha reducido. 

-¿Qué pasa si un seminarista le cuenta a usted que se enamoró de una mujer? 

-Es normal. La atracción es normal. Si el joven ama a una mujer, está dispuesto a amar a Dios. 

-¿Qué le diría al seminarista? 

-En primer lugar lo felicito, porque es hombre. 

-¿Y después? 

-Conversamos. Si el joven se da cuenta que no es su camino, que se vaya. 

La decisión del rector es pragmática. Es como si un joven tuviera una enamorada y luego le gusta otra. La relación oficial es con la Iglesia, si viene otra pareja, debe elegir a una de las dos. 

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Franz y Rodrigo me invitaron a conocer la capilla. La cruz de la fachada está frente a la puerta de ingreso. En su interior el eco no permite que la conversación fluya adecuadamente. Franz, que estudió comunicaciones, me sugiere abandonar la capilla. Sabe que tengo un micrófono y que es probable que lo que hablemos no pueda ser grabado correctamente. 

-¿Cómo te ves de acá a unos años, Franz? 

-Siendo un buen sacerdote 

-¿Te gustaría ser obispo o Cardenal? 

-Lo principal no es ser Cardenal, sino buscar la santidad. 

Rodrigo asentó con la cabeza. Ambos ya están cansados de hablar tanto con un extraño. Están en semana de exámenes y deben continuar estudiando. Finalmente, no es sencillo pasar de Arquitectura y Comunicaciones a Filosofía. Los jóvenes regresan a la biblioteca, donde estuvieron antes de que comencemos a charlar. 

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El Padre Jorge toca la campana que está al lado de la puerta del salón de tertulia. Llegó la hora de almuerzo. Los primeros seminaristas que salen al patio conversan animosos. Alcancé a escuchar algo sobre la llegada del Papa Francisco. En el salón donde esperé 30 minutos al Padre Jorge había fotos de la visita de Juan Pablo II al Seminario. Muchos de ellos suponen que Francisco también irá a visitarlos en enero del próximo año. La visita del papa argentino es un aliento de aire fresco para la Iglesia. Un papa alegre, que se comunica por Twitter, es interesante. El padre Jorge me acompaña a la puerta para despedirse de mí. Me pregunta si vi los últimos videos que han subido a YouTube. 

-Claro, padre. 

-Están divertidos. Mediante una envoltura fresca y con lenguaje de la calle, queremos llegar a más jóvenes. Los mismos seminaristas se convierten en videobloggers y hablan de Dios. Está funcionando. 

Antes de irme le pedí que me separe una silla si el Papa Francisco va al Seminario. Esbozó una sonrisa. 

Salí del internado. No hay barrotes. Tampoco guardias. No están presos. Solo están separados del mundo para meterse nuevamente en el mundo. Es un lugar extraño, pero feliz. Afuera se estacionó un auto de lunas oscuras. Es el Cardenal Cipriani que va a visitar alguna de las oficinas del Arzobispado que allí funciona. Él si está vestido de negro. No nos cruzamos.