En el verano de 2006 trataba de ir a misa casi todo los días, fueron buenas épocas. El padre Christian se fue en el 2007, llegó el padre Sandro (con quien nunca he sido maestro de ceremonias).
El padre Jorge junto con el ex-sacristán Daniel Peralta me enseñaron en junio de 2006 ha realizar la maestría.
Del 2007 a mediados del 2009 todo siguió normal, salvo algunas nadadas en la pileta del colegio. Aunque mi asistencia a acolitar y a las reuniones iban disminuyendo poco a poco, realizaba con entusiasmo el acolitado.
Sin embargo por distintos motivos me fui alejando de la parroquia, quizá la poca comunicación y afinidad que tuve con algunas personas, la flojera y las cosas que tengo que hacer los sábados en las tardes (cambiaron el horario de las reuniones) hicieron para que el Padre Ricardo Fernández (con justa razón) me pidió en buenos términos y a modo de sugerencia que de un paso al costado en el grupo de acólitos a principios de año.
Me negué tajantemente y prometí ir más seguido (promesa que he incumplido en cierta forma). Cada vez siento que mi final en los acólitos está más cerca y no le hecho la culpa a nadie, sino a mi mismo.
Para la primera misa de Iván Ventocilla me sentí apartado cuando se me comunicó la decisión de estar en el Baptisterio (término cordial) porque en pocas palabras es no hacer nada. Y no los culpo más bien les agradezco por dejarme participar de la Misa ya que yo ni siquiera asistí a la reunión por falta de tiempo.
Nada puede justificar este alejamiento parcial, momentáneo que he tenido en los acólitos. A veces es poco creíble que uno de los acólitos con más tiempo, que va a cursar 4to de secundaria en unos meses no tenga túnica negra (lo que en acólitos significa una mayor jerarquía por así llamarlo) pero es lo que merezco.
Tantos buenos momentos con los acólitos, peregrinaciones, partidos de fútbol, misas, etc tienen que seguir. Después de estar adelante, con terno en la Catedral de Lima he decidido volver a ponerle mayor ahínco a mi labor voluntaria como acólito que ha servido en mejorar y reforzar mis valores, enriquecerme como persona y enseñarme el valor de la solidaridad.
Espero que sigan depositando esa confianza en mí y continuar en esto tan bonito.
Acabo de leer tu reflexión y autocrítica sobre tu servicio como Acólito.
ResponderBorrarAyudo en la formación de acólitos y he conocido a muchos desde hace años. Permíteme decirte que ser Acólito es ante todo una gracia, un regalo gratuito de parte del Señor Jesús que nos ha llamado a su santo servicio. No es cuestión de que te lo merezcas o no, sino de la confianza que Jesús deposita en ti, y que, por mas caidas, errores y alejamientos que tengas, EL SIGUE CONFIANDO EN TI. (Juan cap. 21).
En segundo lugar, no se trata de tener mas jerarquía (túnica blanca, negra, roja o de otro color), o de hacer cargos mas o menos importantes (turíbulo, maestría con tal o cual padre u obispo) eso es mas bien caldo de cultivo para la soberbia que nos aleja de Dios. Se trata de acompañar y de servir en el lugar que te encomienden, solo con el deseo de estar con Jesús (te lo digo yo, que he sido "Maestro de Ceremonias" en ordenaciones sacerdotales y también me he quedado relegado a "no hacer nada"). Cuando no te encomienden "nada importante", dedícate a ser "Maestro de Oración". En ese puesto siempre estarás cerca de Jesús.
Y ten presente siempre que, estás para acompañar y servir a Jesucristo. Ponle corazón y busca al amigo que nunca falla. Lo importante del Acólito no es el color de la ropa o el cargo que desempeñe, sino es el ser un gran amigazo de Jesús, y un buen discípulo suyo. Ser santo no es otra cosa que Conocer a Jesucristo, quererlo con toda el alma y tratar de ser como El.
Saludos.
Gracias Manuel, me da mucho gusto leer tus comentarios porque siempre tienen un consejo y una refelxión buena.
ResponderBorrarTienes absolutamente la razón sobre el color de túnica (yo mismo dije en una oportunidad que no habia problema en el color solo que me den una nueva porque he subido de peso y no me queda :))
Un abrazo, que Dios te bendiga.
Gracias orejon por acordarte de tu coordinador que te ayudo en todo el que te decia " HIJO"
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