El 7 de enero de 2011 cumplo exactamente 5 años de acólito, lo que significa 60 meses lo que es 1800 días y en horas serían 43 200.
Me he convertido en uno de los acólitos más antiguos de la Parroquia San Norberto (si la memoria no me falla 2 acólitos tienen más tiempo que yo) y he decidido hacer un análisis o contarles la historia accidentada y anecdótica de como ingresé al grupo de acólitos.
Nunca he escrito en este u otro medio sobre mi participación en la iglesia porque no es bueno estar contando lo que uno hace (ver Mateo 6), pero este artículo es más narrativo y no de vanidad porque como dice el título también habrá autocríticas.
He sido monaguillo con diferentes sacerdotes, no recuerdo con exactitud con que sacerdote acolité mi primera misa, pero inicié con el Padre Christian Juárez, Jorge López y Luis Guibo presbíteros a los que le tengo un gran aprecio al igual que Julio Periche.
Más adelante llegaría el Padre Sandro, Jaime Llamas, Miguel Ángel, Ricardo Fernández y el recientemente ordenado sacerdote Iván Ventocilla
El Inicio (2006)
Después que hice mi primera comunión sentí ese deseo (que aún lo tengo) por ser acólito..
El Padre Jorge López visitó mi aula en San Norberto del 4 ‘B’ donde mi pareja de baile en ‘Te eché al olvido’ (Miss Rosalina) era tutora.
El padre Jorge solicitó voluntarios para pertenecer a los acólitos y yo me ofrecí. Un domingo, antes que finalice el 2005 un acólito (Yasu Tanaka) apuntó mis datos en un papel y me pidieron que vuelva el primer sábado del siguiente año (2006) entendiéndose el 7 de enero de 2006.
Continuará
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