En este video, Fernando Eslava (@eltopoperu), director de El Blog de Topo intentará responder cuáles son motivos que han generado una crisis deportiva en Alianza Lima. ¡Compártelo!
domingo, 20 de septiembre de 2020
domingo, 30 de agosto de 2020
Escribe: Fernando Eslava (@eltopoperu)
Cuando se mira un partido de fútbol, lo primero que capta la atención son los 22 jugadores corriendo detrás de un balón. A veces causa impacto la hinchada si canta muy fuerte o el árbitro si está errado en sus decisiones, pero generalmente los protagonistas siempre son los futbolistas.
Si se quiere mirar al fútbol desde un
punto de vista económico, saltan a la vista los millonarios sueldos de los
jugadores y si se quiere encontrar a las personas que se benefician de la actividad
deportiva, siempre aparecen los nombres de los dirigentes de clubes, presidentes
de las federaciones, la FIFA y las grandes empresas privadas que patrocinan a
los equipos.
Pero hay detrás una larga lista de
personas, principalmente locales, que viven día a día del fútbol y que, mientras
los millones de hinchas gritamos y saltamos como locos para lograr darle ánimos
a nuestro equipo y preparar las gargantas para estallar en un grito de gol, ellos
están buscando las mil y un formas para capitalizar y rentabilizar a su favor
cada minuto que pasa cuando se enciende la magia del fútbol en la alfombra
verde.
Quizá muchas veces no los ven, quizá
pasan desapercibido o no se los considera importantes, pero de todas maneras
ellos también son parte del espectáculo deportivo. Formales o informales,
reconocidos o no reconocidos, muchas personas locales viven del fútbol. Y resalto
personas locales, porque tal vez no nos hayamos dado cuenta, pero además de las
grandes empresas o dirigentes existe un gran número de personas (emprendedores,
como ahora se les dice) que se sirven del fútbol como una herramienta eficaz de
crecimiento económico para ellos y sus familias.
Pensemos en el recorrido que se hace
cuando se va al estadio. Si se llega en un auto privado, existe la necesidad de
encontrar un estacionamiento, espacios tan necesarios que escasean en las
grandes urbes. ¿Qué se hace cuando no hay una playa de estacionamiento? Fácil.
Se parquea el carro en la calle, aunque no sea tan seguro. A partir de ello
surge la figura del ‘guachimán’ o ‘vigilante’, emprendedor importante el día
del partido, porque será el encargado de cuidar tu vehículo estacionado en
cualquier parte de la vía pública. Este hecho es muy común en los alrededores
del Estadio Monumental o del Estadio Nacional de Lima, aunque bien puede suceder
cerca de cualquier estadio situado en una ciudad.
Ahora, pensemos en que no usamos auto para
ir al estadio. Fuimos caminando. En las calles próximas al coloso es posible percibir
un clima de tradiciones relacionados con el club local y que generan un ingreso
económico a los vecinos del estadio. En el barrio de Boca en Buenos Aires,
específicamente en la zona de Caminito, muchos negocios están inspirados en el
club xeneize. Restaurantes, bazares de souvenirs, cantinas para ver el partido
en pantallas gigantes, entre otros, pintados con murales alusivos al club están
repletos de gente antes y después de un match en la Bombonera.
Algo similar sucede en La Victoria en
Lima, específicamente en el barrio de Matute, donde actúa de local Alianza
Lima. Varios ‘emprendimientos’ como cevicherías y locales para beber cerveza con
televisores grandes entre banderas y pintas del club blanquiazul son comunes
funcionando durante el día del partido carca del estadio Alejandro Villanueva.
Sin duda, equipos de alto arraigo popular como Boca y Alianza son capaces de
activar la economía local de un barrio, mientras que el hincha disfruta de una
experiencia única.
Mención especial merecen los
vendedores ambulantes que se ubican en los exteriores del estadio. Afuera del Campeón
del Siglo, casa de Peñarol, o cerca a los accesos del mítico Estadio Centenario
en Montevideo es clásico ver a la retahíla de vendedores de pan con chorizo que
se ganan peso a peso la vida, satisfaciendo el hambre de miles de uruguayos
apasionados. En Lima pasa lo mismo. Cerca de Matute, barrio de Alianza Lima,
abundan los vendedores de anticuchos, arroz chaufa, hígado frito u otro tipo de
comida callejera en carretillas dispuesto a colmar el placentero deseo de
saborear un plato de comida a cambio de algunos soles. Colocamos estos casos por
sortear un ejemplo ya que son parte de una realidad que puede ser compatible en
múltiples lugares del globo.
Similar a este tipo de venta
ambulatoria también se destacan los vendedores de camisetas alternativas,
souvenirs, gorros, vinchas, banderas y otros que, si bien no dejarán ningún
ingreso a los clubes, sí lo harán a sus familias y de alguna manera permitirán
que un grueso de hinchas acceda a productos que le generen mayor identidad con
su club que, debido a su escaso ingreso económico, les resultaría imposible
adquirirlo en una tienda original.
Otro tipo de emprendimiento local vinculado al fútbol que aún no ha sido desarrollado a plenitud en Sudamérica es el turismo por fútbol que está limitado solo a competiciones como la Copa América, con ciertas excepciones como sucedió en Buenos Aires y en Lima por las finales de la Conmebol Libertadores 2018 y 2019. Aunque, al margen de ello, sí existen personas que realizan turismo local e incluso regional para seguir a su equipo en la liga nacional y en la Libertadores o Sudamericana.
El turismo local por fútbol comprende principalmente
el servicio de hotelería, alimentación y en algunos casos, transporte. No
sabemos con exactitud cual es el porcentaje de viajes realizados teniendo al
fútbol como principal motivación, pero sí es posible observar como hinchas y
barristas de los clubes más populares viajan de ciudad en ciudad acompañando a
su equipo, evidenciado por las telas que se cuelgan en las mallas de las
tribunas en los estadios. Estos viajes dejan un ingreso importante a quienes se
dedican a esta actividad económica.
Todo lo expuesto anteriormente sucede
fuera del estadio. Ahora, pensemos dentro del estadio, donde la actividad es más
formal (aparentemente). En todos los estadios del mundo existen vendedores de
gaseosas, snacks, pop corn, cerveza (en países donde está permitido). La gran
mayoría de ellos son personas independientes que invierten su dinero en
productos que ofertan durante el partido. Por otro lado, también están los
periodistas digitales o los denominados ‘prensa independiente’ que ofrecen
contenidos alternativos a los medios de comunicación tradicionales y obtienen
réditos comerciales en sus plataformas digitales en torno a la información que
encuentran dentro del estadio.
Como se ha intentado visibilizar en
este artículo, el fútbol es mucho más que una simple actividad deportiva ya que
permite el crecimiento económico de miles de emprendedores locales. Sin
embargo, debido a la coyuntura de la pandemia de la Covid-19, ellos están
impedidos de jugar su partido. En varios países del continente ya se reanudó la
liga local; no obstante, para los emprendedores la competición aún no ha vuelto
a comenzar, porque mientras que no haya público, sus pequeños negocios estarán
desactivados y con eso su economía familiar seguirá peleando los últimos
lugares de la tabla.
Lo que he querido lograr con este
artículo, querido lector, es visibilizar a los invisibles del fútbol, porque si
bien el balón ha vuelto a rodar, está rodando solo para algunos y no para
todos. Por eso, la fiesta aún continúa incompleta, porque si bien los hinchas
aún no pueden retornar al estadio por un tema sanitario, se ha dejado de lado a
un grupo importante de personas que viven del fútbol, a pesar de que cualquier decisión
que pase por manos del Estado, debería tener como objetivo tratar de beneficiar
a todos. Y cuando decimos todos, nos referimos a todos.