Escribe: Mauricio Chereque L. (ESTUDIANTE DE LITERATURA HISPÁNICA EN PUCP)
El día martes 8 de Julio del 2014 será recordado como el día en el que la selección nacional de Brasil fue goleada y humillada por un combinado alemán que demuestra la efectividad de un trabajo continuado y un proyecto.
Siete goles a uno fue el resultado final de aquel encuentro. Una cachetada a la gloriosa historia del fútbol brasilero que será recordada por siempre. Y es que la selección local de este mundial ha sido eso: una cachetada a su propia historia. Recuerdo cuando tenía 6 años de edad y me maravillaba cómo Ronaldo no paraba de encajar goles, o la visión de Rivaldo para dar un pase sin tocar el balón, la precisión y magia de Ronaldinho para esquivar rivales manejando el esférico a placer sin jamás perder la sonrisa, los asombrosos tiros libres de Roberto Carlos, la potencia física de Cafú, la omnipresencia de Emerson y Zé Roberto en el medio campo, y un enorme portero como Marcos o Dida.
Toda esta habilidad, talento y alegría es de lo que ha carecido esta selección brasileña. Sin ideas, sin habilidad—exceptuando a Neymar—, sin delanteros talentosos y tan solo con potencia física y dos de los mejores defensas centrales del mundo, que en los últimos partidos se convirtieron, increíblemente, en su mejor ofensiva. No puede uno ampararse diciendo que Brasil era Neymar-dependiente, ni que faltó el suspendido capitán Thiago Silva en el equipo, ni decir que los jugadores que estuvieron no dieron todo de sí; para mí la principal razón de que haya ocurrido este terrorífico resultado, por donde se le mire, está en el banquillo.
Luiz Felipe Scolari cometió un grosero error dejando afuera del mundial a jugadores como Robinho, Ganso, y a los veteranos otrora mejores del mundo Kaká y el ya mencionado Ronaldinho, pues le quitó jerarquía a un equipo y lo condeno a la carencia de talento.
Fred, el 9 convocado por el técnico brasileño, es acaso el peor de la historia de la canarinha en su posición con tan solo 1 gol a lo largo de la competición, y siendo superado hasta por David Luiz, quien como ya mencioné es back central. Felipao prescindió de centrodelanteros talentosos y en plena vigencia como Alexandre Pato del Sao Paulo, Leandro Damião del Santos, o internacionales como Jonas Gonçalves del Valencia de España, Rodrigo Lima del Benfica de Portugal y Nenê del Cagliari Calcio; y como sustituto de Fred, estuvo un jugador poco técnico como Jô.
En el medio campo la falta de un 10 de jerarquía fue notable a lo largo del campeonato—si bien Neymar utilizó aquel dorsal, me refiero aquí a la posición de mediocampista ofensivo—, pues solo tuvo a dos jugadores en esa posición: Óscar, desaparecido a lo largo del campeonato por más que haya marcado dos goles, y Hernanes, quien casi no jugó. Inentendible la decisión de Scolari, al tener un universo tan amplio de futbolistas talentosos en esta posición como Phillipe Coutinho del Liverpool, Diego Ribas del Atlético de Madrid, o Elano del Grémio.
En cuanto a los laterales y la defensa poco se puede criticar, pues el seleccionador llevó lo mejor que tenía, quizás la ausencia de los laterales Rafinha y Filipe Luis, del Bayern Munich y Atlético de Madrid respectivamente, pueda ser criticada, así como la falta de backs centrales más técnicos entre los suplentes como Miranda, también del Atlético, y Luisão del Benfica.
Sobre los porteros, es importante señalar que el veterano Julio Cesar no tuvo mayor responsabilidad en los goles, y Brasil carece de guardametas del fuste internacional del actual portero del Toronto FC. No obstante, en la suplencia de este, estaban dos arqueros de la liga local, en lugar de porteros titulares en ligas importantes como Diego Alves del Valencia español o Neto de la Fiorentina de Italia.
Entonces, como se ha podido observar, no es que Brasil haya dejado de exportar talento futbolístico, ni que no existan futbolistas de categoría, el principal problema ha sido la increíble mezquindad por parte del técnico Luiz Felipe Scolari, en cerrar su convocatoria con aquellos futbolistas campeones de la Copa Confederaciones el 2013 y no ampliar su panorama para contemplar otras opciones—que como hemos visto son muchas—de convocatoria para la pentacampeona del mundo, que hace tan solo unos días fue humillada, reducida y derrotada por el peor resultado de su gloriosa historia futbolística, en su propia localía.
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