domingo, 18 de mayo de 2014

Escribe: Mauricio Chereque L. (ESTUDIANTE DE LITERATURA HISPÁNICA EN PUCP)

En los últimos 10 años el fútbol español se ha convertido en el mejor del mundo; no solo porque su seleccionado alcanzó el campeonato mundial con un fútbol estéticamente prodigioso, sino también por los cuatro años de gloria del histórico Barcelona que logró mantener un primer nivel internacional con Josep “Pep” Guardiola como entrenador, lo que le valió el ser considerado por muchos como el mejor equipo de fútbol de la historia. Sin embargo, la liga española, en resumidas cuentas no es ni de lejos la más competitiva, pues la gran mayoría de los títulos fueron a parar en dos eternos rivales: El Real Madrid y el ya mencionado club culé, y la diferencia entre estos dos y los demás equipos era abismal.

El Barcelona de Guardiola practicó una filosofía de juego que le sirvió de base a la selección de España: el popular tiki taka. El cual consistía en, como muchos de los entendidos sabemos, un sistema de juego de abundante posesión, sincronización y precisión en los pases que pocas veces pudo ser visto antes de que este equipo lo aplicara. Jugadores como Xavi Hernández y Andrés Iniesta se convirtieron en los gestores principales de su equipo, siendo los principales artífices del juego en sí. Esto sumado a una sólida defensa encabezada por Carles Puyol (quien esta semana anunció su retiro), para muchos el mejor defensa central de la última década, y complementada por un joven y espigado futbolista como Gerard Piqué y asistidos por laterales de una calidad y fortaleza física ejemplar como Eric Abidal, Dani Alves, Adriano, Jordi Alba entre muchos otros. Lo que sentaba la base para un equipo que supo jugar sin un nueve de área fijo y prescindió de grandes jugadores como Ibrahimović, Eto’o, y Henry, para darle lugar a jugadores veloces y habilidosos como Pedro Rodríguez, David Villa, el chileno Aléxis Sánchez y el astro argentino que fue la principal carta goleadora y hasta el día de hoy lo es: Lionel Messi.

Casi a la sombra del equipo catalán, en aquellos años, su eterno rival el Real Madrid se hallaba sumido en una crisis de resultados, luego de la partida de emblemáticos jugadores (galácticos) como Zidane, Ronaldo, Beckham y Roberto Carlos, el club merengue no encontraba cómo volver a su característica racha triunfadora que lo ha caracterizado a lo largo de los años. Esta crisis llegó a su punto más álgido con la partida de Guti Hernández y las constantes lesiones de la estrella máxima del club después de Alfredo Di Stefano: Raúl González. En ese marco, el presidente madrileño Florentino Pérez vuelve a ganar las elecciones del club y promete regresar al club a la cima internacional. Luego de contrataciones sumamente costosas: Kaká, Cristiano Ronaldo, el entrenador Jose Mourinho y recientemente Gareth Bale; y cuatro años en los que siempre estuvo a la sombra del club catalán, (solo le pudo arrebatar una copa del rey y una liga) y tres semifinales de Champions, el Real Madrid ha alcanzado la final de la liga de campeones y se ha llevado la copa del rey; no obstante, no se ha llevado el triplete deseado pues para su mala suerte, hizo su aparición un equipo que en los últimos 10 años siempre estuvo a mitad de tabla y supo cosechar tan solo un par de copas de la liga y puestos de mitad de tabla para arriba. Este equipo logró romper la bigamia española y les hizo una aguerrida competencia a los dos grandes del fútbol ibérico con un presupuesto paupérrimo en comparación con el que los otros clubes mencionados se manejan; este club es el Atlético de Madrid del Cholo Simeone.

Menciono al club como propiedad del entrenador, puesto que lo obtenido por este club es inentendible sin resaltar las gestiones realizadas por el argentino: el esquema táctico, la increíble fortaleza física (un plantel corto y sin rotaciones en comparación a los dos grandes de España), y sobre todo la actitud.

El Atleti juega un fútbol a la uruguaya: renuncia a la posesión y se dedica a defender ordenadamente, presionar y contraatacar rápidamente (en 2 o 3 toques pasan de su propia área a la rival). Para ello Diego Simeone moldeó y fortaleció a un jugador como Diego Costa para que sea su nueve fijo; compró en una suma casi paupérrima la ficha de David Villa quien fue puesto en venta por el Barcelona, y cuya habilidad ha sabido utilizar ya sea desde el arranque o desde la banca, potenció a uno de los mejores jugadores turcos en la actualidad, sino el mejor, Arda Turan; consiguió la cesión del brasileño Diego Ribas; y renombró a jugadores como Raúl García, Filipe Luis, Koke Resurreción, Gaby y Juanfran Torres; sin dejar de lado, por supuesto, la consagración del joven arquero belga Thibaut Courtois; y la extrema fortaleza de su juego aéreo en sus centrales: el uruguayo Godín y el brasileño Miranda .

De forma que con dos años y medio en el cargo, y una inversión modesta, Diego Pablo Simeone ha moldeado un equipo a su imagen y semejanza: luchador, efectivo, persistente y ordenado táctica y disciplinariamente. Consagrándose primero hace dos temporadas ganando la Europa League y la Supercopa de Europa y en la presente temporada llegando a un nivel superlativo terminando así con la hegemonía futbolística española: Barcelona y Real Madrid; ganándole la liga al primero, y peleándole nada menos que la Champions League al segundo (habiéndole ya ganado la copa del rey la temporada pasada). Haciendo casi imperceptible la partida de grandes figuras en los últimos años: David De Gea, el Kún Agüero, Diego Forlán y en esta última temporada el colombiano Radamel Falcao García (quien debe estar arrepintiéndose el haber migrado al fútbol francés y perderse el mejor momento del club colchonero en este siglo).

Un equipo de aquellos que matan por su entrenador, y también de aquellos que sin su entrenador no estarían donde están; una familia más que un equipo de fútbol; una celebración del deporte: luchándola, resistiendo a la adversidad y perseverando. Así es el Atleti del Cholo Simeone, así es el último campeón del fútbol español.

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