viernes, 29 de marzo de 2019

Sigue en cartelera el documental ‘Contigo Perú’, que evoca la clasificatoria mundialista desde la óptica de los verdaderos protagonistas: los hinchas.

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Escribe: Jaro Adrianzén Rodríguez
Twitter: @jaro1096 

Durante el avant premiere de ‘Contigo Perú’, al director Eduardo Mendoza de Echave -terno gris, camisa blanca, corbata roja- te tocó sentarse un par de butacas detrás de Ricardo Gareca. No había cancha sino canchita. Pero el ‘profe’ mantenía el gesto analítico y serio de cuando ve a los suyos en el gramado. Mendoza estaba emocionado. No tanto por las imágenes que había visto decenas de veces -el trabajo de edición junto a Miguel González y Patricia Vioque incluyó jornadas de 18 horas- sino por la figura de espaldas del argentino. Similar a la que alcanzan a ver los hinchas que se acomodan en las butacas bajas de occidente, en el Estadio Nacional.

Entre la oscuridad de la sala y su posición, sin embargo, el cineasta no pudo captar las reacciones del profesor. 

Pero a las 8 a.m. del día siguiente lo llamó un representante de la Federación que mandó las felicitaciones de Gareca a todo el equipo de producción. A los locos que se organizaron para, cámara en mano, seguir a la selección en Rusia. 

El gesto fue sintomático. Al DT -que hoy más que nunca merece el apoyo de la gente- no le gustan los reflectores. Quizá por eso agradezca que casi no se le vea en el documental. Salvo un par de apariciones, en las que habla principalmente de la hinchada, Gareca casi no figura. Es un lujoso actor de reparto en esta historia. 

Porque los protagonistas son otros: los más de 50 mil que se trasladaron al otro lado del globo. Y también los que se quedaron y vibraron con la previa y el desarrollo de cada partido. Los de la costa, la sierra y la selva, como dice el tema del ‘Zambo’ Cavero que da pie al título de ‘Contigo Perú’. 

Desde el chiquillo chinchano que sueña con ser futbolista y admira a Paolo Guerrero, hasta el veterano chalaco cuyo hermano, durante el partido de Perú contra Bulgaria de México ‘70, apareció en los televisores de todo el mundo agitando la bandera bicolor. 

Esas son las historias que se cuentan. Las de “cómo mierda sufrimos el penal, cómo sufrió la comunidad que no tiene tele y que tuvo que escuchar desde la radio chiquita colgada en un árbol en medio de la selva”, agrega Mendoza, quien decidió no utilizar las imágenes de los partidos en Rusia y hacer el montaje alternando tomas de las reacciones de los hinchas en cada partido. No era necesario revivir el penal fallido ni las oportunidades perdidas. 

La logística en Rusia corrió a cargo de la productora Katia Salazar. Ella, Mendoza y un reducido equipo siguieron a un variopinto grupo de hinchas. Uno vendió su carro para viajar, y pidió que vendieran el otro para poder volver. Una pareja hizo hasta lo imposible para conseguir una habitación en uno de los hoteles donde se hospedó la selección, pero al final se conformaron con compartir ambiente con el equipo durante un almuerzo. Una aguerrida peruana, que dejó a su bebé a cargo de su esposo en el hotel, siguió al Flores por más de una ciudad para que le firmase la figura de su álbum. Y otros, los representantes de las tres barras oficiales de la selección, hicieron malabares para trasladar polos y banderas, y para organizar a la hinchada que más brilló en el campeonato del Mundo. 

‘Contigo Perú’ distribuye todo eso con la palabra de icónicos como Juan Carlos Oblitas y Jorge ‘Chupo’ Arriola. También con la de Flores y André Carrillo. Y con imágenes grabadas para siempre en el imaginario popular: el gol de Flores contra Ecuador en Quito, el tiro libre de Guerrero a David Ospina (¡la tocó!) y el gol de Jefferson Farfán contra Nueva Zelanda. Postales de un instante eternizadas para toda la vida. Memorias de nuestro regreso mundialista. Ese que convirtió en justos protagonistas a los incondicionales. Los que hoy, finalmente, se trasladan de la tribuna a la pantalla.

*Una versión sintetizada de este artículo fue publicada por el autor en la edición 2582 de la revista Caretas

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